domingo, octubre 31, 2004

Ventanas

19:11
Empiezo este post por el título, sin saber aún de que voy a hablar, simplemente pensé que iba a ser una pequeña colección de desvaríos, de miradas sobre mi realidad en las que la tecla de suprimir no funciona y no se puede volver atrás. El título que he escogido me hace pensar en la canción "Ventanas" de Antonio de Pinto y subo un poco el volumen del portátil, enciendo el winamp y la pongo de fondo mientras escribo, y hago que se repita cuando va llegando a su fin. Pongo ahora la fecha del post, y en un impulso por medir esta escritura contra el reloj añado la hora al principio del escrito. ¡Qué será de las ventanas que no abrí! se pregunta Antonio en su canción, y yo también me pregunto vagamente que será de mis propias ventanas sin abrir (la de mi cuarto está ahora cerrada, con la persiana bajada, lo cual tiene un cierto tono irónico, ¿qué se verá ahora por ella?). Hoy me he imaginado fuera de mi cuerpo mientras estaba tumbado en el sofá viendo la televisión, me situaba en el balcón, con la cabeza apoyada en la pared y mirada perdida, sentado en una silla que no era ninguna de las que hay en el piso, no sé de dónde ha venido. La mirada perdida, un chico atrapado en la soledad y en silencio en una sociedad extraña, esperando cosas que no pasan y viendo como se difuminan lazos humanos que esperaba mejorar, pero que hoy se le antojan (se me antojan) más débiles. ¿Por qué hablaré en tercera persona y me veré en el balcón como si fuera otro?
19:20

domingo, octubre 10, 2004

Visita a la Alhambra (I)

Hace un tiempo que tenía pendiente la visita a la Alhambra, para lo cual acepté el ofrecimiento de hacerme de guía de un miembro de mi grupo de trabajo de la universidad. Ya habíamos quedado anteriormente un par de veces, pero por un motivo u otro se había pospuesto, hasta que finalmente hemos ido este viernes. Además de nosotros dos iban a ir otros dos compañeros becarios, pero al final ninguno de ellos pudo ir, porque les surgieron compromisos de última hora para el viernes, y, por no posponerlo más, fuimos finalmente sólo yo y mi excepcional guía particular O:-). De hecho, casi no voy yo tampoco, porque habíamos quedado a las 8:30 en la taquilla de la Alhambra y yo salí de casa sobre las 08:05, cuando el trayecto desde mi piso a la Alhambra andando es bastante considerable... Al salir cogí un plano que tenía en la estantería para mirar el nombre de la calle por la que debía subir hasta la Alhambra, para no equivocarme al llegar allí. Y mientras caminaba por una de estas aceras que tienen unos bonitos postes de hierro de medio metro de altura por el borde que da a la calle, abrí el mapa y me puse a localizar la calle, teniendo cuidado de no tropezar con los postes, y también mirando al frente por encima del plano. Pero, de pronto: "pum, zasss, pum, aaaaUUUUhhh!!", lo que traducido a imágenes sería: tropezón inicial en la base de un poste que en lugar de estar en el borde de la acera estaba justo en el medio, seguido del sonido del plano al romperse, un segundo golpe contra el poste justo debajo de la rodilla y mi consiguiente grito de dolor. Todo ello bajo el bochorno de la mirada de uno que me había visto venir, había visto que me la iba a dar y sólo cuando me la di, dijo: "a ver si miramos por donde vamos". ¿Será esto la mala follá granaína?. Bueno, por suerte, salvo el dolor inicial no me hice demasiado daño y podía seguir caminando sin que me molestara, así que en cierto modo tuve suerte, podía haber salido bastante más mal parado y haberme quedado sin visita, pero sólo tengo un morado y ningún dolor ni cojera.

Tras esto llegué a la calle que sube a la Alhambra, la Cuesta de Gomérez, que me habían dicho que era una pequeña subida... pero en realidad era casi un kilómetro de ascenso por una carretera empinada y resbaladiza que tenía que subir en 10 minutos si quería llegar puntual xD. Pero lo conseguí, ¡y sin caerme ni tropezarme con más nada! xD.

Cuando llegué, mi compañero estaba ya en taquilla comprando las entradas y de allí partimos a dar un pequeño paseo para hacer tiempo hasta las 09:00 que era la hora que teníamos asignada para entrar a los palacios nazaríes. Es un sistema curioso el de la entrada a dichos palacios, porque al comprar la entrada te asignan un margen de media hora para entrar a ellos y si no lo haces en ese tiempo, ya no puedes entrar, pero sin embargo no hay límite al tiempo que puedes pasar dentro, salvo que una vez que salgas ya no puedes volver a entrar. El resto de la Alhambra, aunque también en su mayor parte está reservado a gente con entrada, no tiene ese tipo de restricciones de acceso.

(Sigo en otro momento...)