domingo, octubre 10, 2004

Visita a la Alhambra (I)

Hace un tiempo que tenía pendiente la visita a la Alhambra, para lo cual acepté el ofrecimiento de hacerme de guía de un miembro de mi grupo de trabajo de la universidad. Ya habíamos quedado anteriormente un par de veces, pero por un motivo u otro se había pospuesto, hasta que finalmente hemos ido este viernes. Además de nosotros dos iban a ir otros dos compañeros becarios, pero al final ninguno de ellos pudo ir, porque les surgieron compromisos de última hora para el viernes, y, por no posponerlo más, fuimos finalmente sólo yo y mi excepcional guía particular O:-). De hecho, casi no voy yo tampoco, porque habíamos quedado a las 8:30 en la taquilla de la Alhambra y yo salí de casa sobre las 08:05, cuando el trayecto desde mi piso a la Alhambra andando es bastante considerable... Al salir cogí un plano que tenía en la estantería para mirar el nombre de la calle por la que debía subir hasta la Alhambra, para no equivocarme al llegar allí. Y mientras caminaba por una de estas aceras que tienen unos bonitos postes de hierro de medio metro de altura por el borde que da a la calle, abrí el mapa y me puse a localizar la calle, teniendo cuidado de no tropezar con los postes, y también mirando al frente por encima del plano. Pero, de pronto: "pum, zasss, pum, aaaaUUUUhhh!!", lo que traducido a imágenes sería: tropezón inicial en la base de un poste que en lugar de estar en el borde de la acera estaba justo en el medio, seguido del sonido del plano al romperse, un segundo golpe contra el poste justo debajo de la rodilla y mi consiguiente grito de dolor. Todo ello bajo el bochorno de la mirada de uno que me había visto venir, había visto que me la iba a dar y sólo cuando me la di, dijo: "a ver si miramos por donde vamos". ¿Será esto la mala follá granaína?. Bueno, por suerte, salvo el dolor inicial no me hice demasiado daño y podía seguir caminando sin que me molestara, así que en cierto modo tuve suerte, podía haber salido bastante más mal parado y haberme quedado sin visita, pero sólo tengo un morado y ningún dolor ni cojera.

Tras esto llegué a la calle que sube a la Alhambra, la Cuesta de Gomérez, que me habían dicho que era una pequeña subida... pero en realidad era casi un kilómetro de ascenso por una carretera empinada y resbaladiza que tenía que subir en 10 minutos si quería llegar puntual xD. Pero lo conseguí, ¡y sin caerme ni tropezarme con más nada! xD.

Cuando llegué, mi compañero estaba ya en taquilla comprando las entradas y de allí partimos a dar un pequeño paseo para hacer tiempo hasta las 09:00 que era la hora que teníamos asignada para entrar a los palacios nazaríes. Es un sistema curioso el de la entrada a dichos palacios, porque al comprar la entrada te asignan un margen de media hora para entrar a ellos y si no lo haces en ese tiempo, ya no puedes entrar, pero sin embargo no hay límite al tiempo que puedes pasar dentro, salvo que una vez que salgas ya no puedes volver a entrar. El resto de la Alhambra, aunque también en su mayor parte está reservado a gente con entrada, no tiene ese tipo de restricciones de acceso.

(Sigo en otro momento...)

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