miércoles, diciembre 22, 2004

Más sobre el viaje

El día antes de ir a Bilbao (porque antes no sabía ni la hora en que íbamos ni nada) llamé a la que ha sido mi mejor amiga por internet desde que tuve conexión en casa allá en el 2001. Por desgracia tenía el móvil apagado y no pudimos concretar nada. Pero al día siguiente recibí un sms suyo sobre la llamada cuando ya estaba en Bilbao, y aunque en un primer momento mi respuesta de que estaba en Bilbao y que se enterara estando allí la cabreó (aunque ella lo niegue ahora cuando replique en los comentarios jeje), al final y un poco por los pelos, conseguimos vernos algunos minutos mientras el grupo con el que yo iba se trasladaba a pie del guggenheim al restaurante donde comimos. Fue bastante emotivo y muy alocado, primero los abrazos al encontrarnos después de tanto tiempo que nos conocíamos, luego hablando para actualizar lo sucedido desde la última vez que coincidimos en la red (últimamente no habíamos podido hablar tan a menudo como antes) mientras yo sacaba fotos como un bobo de las que en ninguna salimos completos y en las que yo salgo con cada cara que pa qué :-S (y ella que decía que no quería salir por estar poco arreglada sale bien en todas, la jodía :D). La verdad que fue poco tiempo y no pudimos hablar casi nada, pero sin duda valió la pena :).

Otra cosa menos grata del viaje fue el intento de retomar el trato con un amigo con el que había discutido algunos días antes y ello pase a que lo último que había sabido de él antes del viaje no me dejaba en buen lugar y me costaba mucho acercarme a él sin sentir que le molestaba. Ya tras el regreso me dijo que de mi discusión no había vuelto a decir más nada porque no tenía nada que rebatirme, lo cual hace pensar que por su parte no había motivo de enfado. Sin embargo, sigo sin tener contacto alguno con él, no sé, quizás la discusión fue tan importante como para que la relación se deteriore hasta desaparecer pese al diálogo posterior. Supongo que este nuevo 2005 lo dirá...

Y estando ya a 1 de enero se hace ya casi imprescindible terminar ya este post, lo cual haré con una última anécdota un poco más curiosa/divertida. De todos es sabido la fama que tienen los vascos de fuertes/brutos/chulos. Un ejemplo de ello son siempre los chistes, como aquél que dice: "Oye, patxi, ¿te das cuenta de que estamos discutiendo cuando podríamos arreglarlo a hostias?". Pues bien, justo en el momento de regresar a Granada (casi se diría que para no irme habiendo perdido la oportunidad de hacerlo), le di una patada a un vasco, que además era más grande que yo y seguro que más fuerte, y lo mejor es que ni siquiera se enfadó... xD, y bueno..., prefiero no explicarlo más y dejar que crezca la leyenda... >:-D.

martes, diciembre 21, 2004

Irún

Bueno, creo que va siendo hora de actualizar un poco esto, que entre unas cosas y otras lo he ido dejando mucho...

Finalmente sí que hice el viaje que mencionaba en el mensaje anterior, del 4 al 8 de diciembre, y que fue a Irún (en Guipúzcoa) junto a otras 200 personas y que se llamaba RAM 2004. Justo el día antes de irme me recuperé casi del todo de mi problema con la tos, con lo cual el viaje fue bastante más agradable, pese a que empezara con casi 14 horas de autobús para llegar desde Granada a Irún...

Nada más llegar a la puerta del hotel comencé a ver a un montón de gente conocida sólo a través de fotos y mensajes en listas de correo, de las que reconocía a la mayoría pero en cambio a mí, ni los que me habían visto en alguna foto me reconocían, así que en un primer momento pasamos totalmente desapercibidos entre ella hasta las habitaciones para dejar las maletas y tomar un poco de valor pa enfrentarme a conocer en persona a tanta gente :S.

Aunque nadie me reconociera al verme y ni tan siquiera por mi nombre, mi nick del irc, que también usaba en el Ricochet Robot, sí que causaba mucho más efecto. Me quedé bastante sorprendido de todos los que me conocían por él. Recuerdo, por ejemplo, una buena amiga, que fue de las primeras personas que conocí en el irc, que primero, cuando le pregunté si era quién yo creía y me dijo que sí, me miraba con cara de no tener ni idea de quién era, y al decirle mi nick ya me abrazó bastante emocionada y todo :).

Uff, creo que voy a aligerar un poco, que me estoy extendiendo mucho xD. Fueron cuatro días bastante intensos, en los que apenas dormí unas 2-3 horas por día porque pasábamos las madrugadas hasta las 4 o las 5 jugando a diversos juegos a cual más desconocido y adquirido más lejos: Hombre lobo, Set, Catán, Alhambra (éste era francés, por mucho que el nombre haga pensar otra cosa... xD), quoridor, etc.

Luego tuvimos un montón de actividades en el hotel, además de muchos desayunos, comidas y cenas: un concierto, una noche de chistes, otro día con ponencias, rol en vivo (a éste no me apunté porque estaba aprendiendo a jugar al catán xD).

Fuera del hotel también estuve visitando san sebastián, en bilbao en el guggenheim y comiendo en la casa vasca y en una sidrería típica guipuzcoana, en la que había unos toneles enormes de 15000 litros con un grifo muy pequeño, que un encargado habría para que cayera desde lo alto y los demás pasábamos por allí llenando las copas. La idea era coger poquita sidra y que hiciera bastante espuma, bebiéndola en el momento, que es cuando mejor sabe. En la misma sidrería tuvimos también la actuación de un ochote, que es un grupo de ocho voces masculinas típico del país vasco, y que en nuestro caso era especialmente bueno y triunfó. Lo cual me recuerda el día que en el hotel tuve la suerte de asistir a una sesión improvisada de ópera en los servicios (que por lo visto tenían las condiciones acústicas necesarias jeje).

Pero aparte de todas las actividades, lo mejor fue conocer a un montón tanto de amigos como de simples conocidos por internet. Curiosamente, pese a lo que suele decirse, no noté casi diferencia entre la idea que me había formado de su yo cibernético y la realidad, aunque sí que me sorprendí al descubrir, por ejemplo, que tenía ideas equivocadas (por exceso o defecto) de la altura de much@s o que, aunque mis ideas no fueran desencaminadas, el conocerl@s en persona siempre aporta cosas que no era fácil de imaginar, sobretodo en algunas de las personalidades más únicas, que las había muy únicas... jeje.

Total, que me lo he pasado de muerte, y a ver si puedo volver a ir a la reunión del año que viene, que en ésta aún me quedó alguna gente por conocer y algunas cosas por hacer, que habrá que intentar no dejar pasar otra vez :D.

sábado, noviembre 27, 2004

Enfermedades y puentes

Llevo unos 15-20 días enfermo. Al principio era como un resfriadillo ligero, pero este pasado lunes me desperté (además de con una pesadilla) con dolor de garganta, así que, convencido por mi compañera de piso, decidí hacer los trámites para solicitar asistencia sanitaria como desplazado y fui al médico. Mi gran ojo a la hora de elegir entre los 3 o 4 médicos disponibles, me llevó a la consulta de la doctora "la nueva" (o al menos así la llamaban xD), que debe ser una recién titulada en su primer puesto de trabajo. Me vió fugazmente y me dijo: "faringitis", y me miró con cara de "¿verdad que sí?, ¿verdad que he aprobado?", supongo que el hábito de 7+ años de carrera cuesta perderlo... Me preguntó que si tosía mucho, le dije que no había tosido y me mandó simplemente unos sobritos que diría que son para dolores genéricos y nada más (Algidol se llaman). Pues total, que al día siguiente o el miércoles como mucho, sí que empecé a toser un montón (fijo que la doctora me echó mal de ojo... ¬¬), mis mocos se tornaron color esperanza, y empecé a tener flemas y demás, y así sigo. Yo diría que en vez de a mejor voy a peor xD. Como no se me pase incluso tendré que renunciar a un viajecillo que tenía previsto para el puente de diciembre, porque si voy tal y como estoy, igual empeoro más :-S. Y, por otro lado, las motivaciones principales para ir se han ido desvaneciendo y el viaje ya no me motiva como antes.

Encima hoy me toca limpiar el piso a mí xD, pero qué se le va a hacer :-S.

PS: Anoche tuve un sueño que da para un relato corto de ciencia ficción, pues aunque en cierto modo tiene parecido con otras historias, los fragmentos se unen de un modo distinto (a mi parecer). A ver si me animo a escribirlo, o al menos apunto por algún lado la idea antes de olvidarla :-S.

domingo, noviembre 21, 2004

Actualizando

Hace tiempo que no escribo :-S, aunque no se debe al mismo estado de ánimo que motivó el post anterior. De hecho, poco después de aquel día, mi vida social empezó a animarse mucho más, que si cines y charla con mi mejor amiga aquí, cenas, tapas, copas... Así que no he escrito más que nada por estar cansado o muy ocupado entre la universidad y las demás cosas, y que no suelo usar mucho el blog como narración de hechos cotidianos. Pero bueno, hoy toca excepción y narración un poco desordenada de cosas de días al azar. La primera cena fue invitación de la vecina de uno de mis amigos becarios, en un edificio muy antiguo del pleno centro de Granada en el que vive este amigo. Su piso es un 4º, pero las escaleras son tantas y tan grandes que en dimensiones normales sería un sexto o incluso más y sin ascensor... Estuvimos un rato en el piso de mi amigo y luego bajamos al segundo, que era donde se celebraba la cena. Una noche muy agradable e "internacional", con representación de Canarias, Galicia, Córdoba, Jaén, Granada, Rumanía y Francia (ésta última se fue antes de comenzar la cena, pero la cuento igualmente...). Fue como un pequeño cóctel entre amigos (pese a que cada uno conocíamos apenas a 1 o 2 de los otros), con musiquilla agradable de fondo y charla variada y con mucho humor.

Al día siguiente, "cena cubana", organizada por los becarios cubanos de la universidad. La comida consistió en tostones, que es una variedad de plátano llamada en Cuba "plátano macho", más grande que el normal, y que se hace cortándolo en rodajitas y friéndolas. Luego, se sacan de la sartén, se escachan y se vuelven a freír. Por cierto, que aquí en Granada me voy dando cuenta de qué vocabulario es propio de canaria, por la cara que pone la gente con algunas palabras, como vosotros ahora con "escachan" xD, que significa aplastar ;). Es curioso también que el vocabulario canario y el cubano coinciden en muchos términos, siendo los cubanos los pocos que no se extrañan con algunas de estas palabras de mi tierra. Además de los tostones comimos también "pollo a la miel", receta propia de uno de los cubanos (el que más conozco y más amigo, por ser parte de mi grupo de investigación), que no sería una receta propiamente cubana, pero que creo que es el mejor pollo que he probado nunca. Y para terminar, dulce de leche, hecho por otro de los cubanos, y que sí que es también plato típico de allá.

Y bueno, para terminar, este viernes, por ejemplo, conseguimos por una vez juntarnos algunos becarios del departamento para ir de tapas (es superdifícil conseguirlo, pues allí la gente se dedica a trabajar y habla muy poco, y si se propone algo, hay quien dice que sí, pero luego en la práctica rara vez pasa...). Pos bueno, empezamos siendo a las 8 siendo 4 becarios, luego 5, luego parte de una pandilla de unos 30 hasta terminar con 4 becarios y dos amigas de uno de ellos, a las 4 de la mañana. A lo largo de la noche, pasamos de tapas de pizza o pinchitos acompañadas de cerveza o mosto, hasta vino ribeiro y pulpo en un bar de aires gallegos que desató las emociones del becario de aquellas tierras. Tras otro bar de tapas más, nos unimos un ratillo al grupo más grande en la zona de botellón de Granada, detrás del Hipercor, que viene hacer un area como un par de campos de fútbol llena hasta los topes de gente haciendo botellón, lo cual dudo que se pueda ver fácilmente en otro lugar, aunque tampoco conozco muchos, pero lo de aquí es realmente impresionante, parece una gran manisfestación. Nosotros no bebimos nada en el botellón, pero estuvimos charlando y también estuvo bien. Por último, y perdiendo casi toda la gente en el camino acabamos la noche en un pequeño bar-semipub y partimos cada uno en busca de su cama. Creo que todos llegarían, aunque no lo puedo asegurar, porque a una chica la mandamos a casa de las dos que se quedaron hasta el final, justo en sentido contrario al que cogieron las otras dos chicas al irse (que era en el que realmente estaba...), esperemos que supiese reencontrar el buen camino y no se perdiese :-S.

domingo, octubre 31, 2004

Ventanas

19:11
Empiezo este post por el título, sin saber aún de que voy a hablar, simplemente pensé que iba a ser una pequeña colección de desvaríos, de miradas sobre mi realidad en las que la tecla de suprimir no funciona y no se puede volver atrás. El título que he escogido me hace pensar en la canción "Ventanas" de Antonio de Pinto y subo un poco el volumen del portátil, enciendo el winamp y la pongo de fondo mientras escribo, y hago que se repita cuando va llegando a su fin. Pongo ahora la fecha del post, y en un impulso por medir esta escritura contra el reloj añado la hora al principio del escrito. ¡Qué será de las ventanas que no abrí! se pregunta Antonio en su canción, y yo también me pregunto vagamente que será de mis propias ventanas sin abrir (la de mi cuarto está ahora cerrada, con la persiana bajada, lo cual tiene un cierto tono irónico, ¿qué se verá ahora por ella?). Hoy me he imaginado fuera de mi cuerpo mientras estaba tumbado en el sofá viendo la televisión, me situaba en el balcón, con la cabeza apoyada en la pared y mirada perdida, sentado en una silla que no era ninguna de las que hay en el piso, no sé de dónde ha venido. La mirada perdida, un chico atrapado en la soledad y en silencio en una sociedad extraña, esperando cosas que no pasan y viendo como se difuminan lazos humanos que esperaba mejorar, pero que hoy se le antojan (se me antojan) más débiles. ¿Por qué hablaré en tercera persona y me veré en el balcón como si fuera otro?
19:20

domingo, octubre 10, 2004

Visita a la Alhambra (I)

Hace un tiempo que tenía pendiente la visita a la Alhambra, para lo cual acepté el ofrecimiento de hacerme de guía de un miembro de mi grupo de trabajo de la universidad. Ya habíamos quedado anteriormente un par de veces, pero por un motivo u otro se había pospuesto, hasta que finalmente hemos ido este viernes. Además de nosotros dos iban a ir otros dos compañeros becarios, pero al final ninguno de ellos pudo ir, porque les surgieron compromisos de última hora para el viernes, y, por no posponerlo más, fuimos finalmente sólo yo y mi excepcional guía particular O:-). De hecho, casi no voy yo tampoco, porque habíamos quedado a las 8:30 en la taquilla de la Alhambra y yo salí de casa sobre las 08:05, cuando el trayecto desde mi piso a la Alhambra andando es bastante considerable... Al salir cogí un plano que tenía en la estantería para mirar el nombre de la calle por la que debía subir hasta la Alhambra, para no equivocarme al llegar allí. Y mientras caminaba por una de estas aceras que tienen unos bonitos postes de hierro de medio metro de altura por el borde que da a la calle, abrí el mapa y me puse a localizar la calle, teniendo cuidado de no tropezar con los postes, y también mirando al frente por encima del plano. Pero, de pronto: "pum, zasss, pum, aaaaUUUUhhh!!", lo que traducido a imágenes sería: tropezón inicial en la base de un poste que en lugar de estar en el borde de la acera estaba justo en el medio, seguido del sonido del plano al romperse, un segundo golpe contra el poste justo debajo de la rodilla y mi consiguiente grito de dolor. Todo ello bajo el bochorno de la mirada de uno que me había visto venir, había visto que me la iba a dar y sólo cuando me la di, dijo: "a ver si miramos por donde vamos". ¿Será esto la mala follá granaína?. Bueno, por suerte, salvo el dolor inicial no me hice demasiado daño y podía seguir caminando sin que me molestara, así que en cierto modo tuve suerte, podía haber salido bastante más mal parado y haberme quedado sin visita, pero sólo tengo un morado y ningún dolor ni cojera.

Tras esto llegué a la calle que sube a la Alhambra, la Cuesta de Gomérez, que me habían dicho que era una pequeña subida... pero en realidad era casi un kilómetro de ascenso por una carretera empinada y resbaladiza que tenía que subir en 10 minutos si quería llegar puntual xD. Pero lo conseguí, ¡y sin caerme ni tropezarme con más nada! xD.

Cuando llegué, mi compañero estaba ya en taquilla comprando las entradas y de allí partimos a dar un pequeño paseo para hacer tiempo hasta las 09:00 que era la hora que teníamos asignada para entrar a los palacios nazaríes. Es un sistema curioso el de la entrada a dichos palacios, porque al comprar la entrada te asignan un margen de media hora para entrar a ellos y si no lo haces en ese tiempo, ya no puedes entrar, pero sin embargo no hay límite al tiempo que puedes pasar dentro, salvo que una vez que salgas ya no puedes volver a entrar. El resto de la Alhambra, aunque también en su mayor parte está reservado a gente con entrada, no tiene ese tipo de restricciones de acceso.

(Sigo en otro momento...)

lunes, septiembre 27, 2004

No lo vi venir

Confieso que no lo vi venir y aún ahora hay veces que no acabo de creerlo. Es cierto que me llamaban la atención algunas cosas, como tu insistencia casi obsesiva por dar grandes rodeos para evitar las calles más concurridas, o que sólo quisieras llevar joyas de oro aunque pudieras permitirte muy pocas. Pero siempre le encontraba alguna otra explicación, al fin y al cabo, también preferías el campo a la ciudad, con lo que no era tan extraño ver que detestabas el ingente tráfico de las calles principales, y aunque preferías joyas de oro, nunca fuiste ostentosa, no llevabas nunca más que algún pendiente, una pulsera o una pequeña gargantilla, y que fueran siempre de oro no tenía por qué ser más que una simple cuestión de preferencia que nunca me preocupó. Es más, sabes que siempre he sido un poco despistado, y recordarás que una vez te regalé un pequeño collar de plata porque aún no me había dado cuenta de que no llevabas nunca sino oro. Me reprendiste bastante no haberte consultado antes de comprarlo, y en la tienda no aceptaban cambios ni devoluciones en aquellos años, con lo que tuviste que quedártelo pese a que lo detestaste siempre tanto como yo he acabado también haciéndolo, ¡como no!. Al principio, por no verme triste, te lo ponías en algunas ocasiones y yo te notaba tensa durante todo ese tiempo, y se te erizaban los pelillos de los brazos y tenías la sensibilidad tan a flor de piel que temblabas con mis besos y mis caricias como si fueran descargas eléctricas que recorrían tu cuerpo, pero sólo ahora soy capaz de relacionar aquellas reacciones con que llevaras el collar, pues no era fácil deducirlo sin saber lo que sé ahora.

Además, dicen que el amor es ciego, y tú sabes que me enamoré de ti desde muy pronto, y que era y sigo siendo muy romántico. No podía más que alegrarme de que siempre parecieras intuir mi llegada aún cuando intentaba sorprenderte, o de que siempre fueras tan apasionada, como en aquellas noches luminosas en que hacíamos el amor sobre una manta en cualquier lugar apartado del bosque que teníamos a sólo unos pocos de kilómetros y que ya era nuestro lugar preferido aún antes de que me cambiaras tanto. Desde siempre adoro esas particularidades tuyas, esos reflejos tan desarrollados, esa mirada a veces tan alerta y penetrante y otras tan dulce, y la forma en que devorabas mis olores cuando hacíamos el amor.

Y entonces llegó el día en que todo ocurrió. Era un día hermoso, con el cielo totalmente despejado y de un hermoso color celeste. Tú me dijiste que tenías que irte a las 7 para terminar un trabajo muy importante, pero quizás lo perfecto del día o la conversación que sostuvimos luego te hicieron perder la noción del tiempo y por una vez te sorprendió la luna llena junto a mí, y antes de salir huyendo ya totalmente transformada, me mordiste ligeramente en el forcejeo que surgió en medio de la confusión.

Ahora yo también soy un hombre lobo, y todas las piezas encajan, pues yo también temo llevar cosas de plata tan peligrosamente cerca del corazón y odio las calles concurridas que saturan nuestra especial sensibilidad ante los sonidos y los olores. Y amo el bosque más que nunca y me río contigo cuando los vecinos nos dicen que nuestro perro Ron les molesta aullando en las noches de luna llena, cuando el pobre nunca ha ladrado y sólo es una forma de poder vivir siendo hombres lobo sin despertar demasiadas sospechas.

Empiezo a sentirme nervioso, ya no puedo continuar con la calma de este pequeño relato de nuestra historia, es día de luna llena y ya siento como se aproxima su salida, mis sentidos se acentúan aún más y mi nariz se llena de tu olor y corro a buscarte al tiempo que se desata sin remedio la parte animal. Corramos al bosque, cariño, te he escrito una nueva aullada de amor que quiero compartir con La Luna.

lunes, septiembre 13, 2004

Percepción elevada

Duermo plácidamente, y de pronto me despierto porque dos pelos entrelazados en mi nuca se separan y oigo que chirrian, como si fueran dos barras de acero jugando a rozarse. Percibo inmóvil los sonidos de su vaivén, que emulan a aviones cruzando el aire, hasta que alcanzan un nuevo lugar de reposo estable. Respiro, y millones de olores penetran por mi nariz junto a ingentes cantidades de oxígeno, nitrógeno y otros gases, y yo siento el paso de cada pequeña molécula, y hasta podría contarlas, pero no lo hago, ni me distraigo haciendo inventario de las fragancias de cada espacio milimétrico de realidad, porque el tiempo se escapa muy rápido, y elijo aplicar mis sentidos a otras cosas. Observo un pájaro que revolotea junto a la ventana, y me entretengo un momento a apreciar como bate sus alas a un ritmo de ciento veinititrés veces por minuto, y los cambios de color de sus plumas a medida que varían su ángulo de exposición al sol, al tiempo que me pregunto de qué especie será.

Desayuno, y mi lengua se mueve apresurada por la boca, captando el sabor de cada pequeña porción de alimento como una pequeña culebra curiosa e inquieta. Mis manos se entretienen estudiando el tacto de las irregularidades del papel del periódico que leo, o los minúsculos pelillos de la piel del melocotón que será mi postre. Termino, y tras pasar por el baño, me visto despacio, minimizando el estruendo del roce de la ropa contra mi piel, y salgo a la calle.

Los coches pasan a mi lado a cámara lenta, incapaces de ocultarme ni los más pequeños detalles de su pintura, o las aboyaduras milimétricas de las distintas partes de su carrocería. Oigo que llueve a unos pocos cientos de kilómetros de mí, y una mariposa cae al suelo golpeada por una enorme gota de agua. Sonrío al escuchar como se refugia bajo una hoja. Luego encuentro a unos amigos, y aunque me gustan los ritmos de sus movimientos, sus gestos o el sonido de sus voces, en el fondo no importan las milésimas de segundos ni los excesivos detalles, y renuncio al 99% de mi percepción para limitarme a disfrutar del ritmo normal del mundo junto a ellos, descansando al fin de tantas sensaciones apelotonadas... :)

lunes, agosto 30, 2004

Aire acondicionado (Visión de un cura del siglo XI trasladado al siglo XXI)

Diario de Esay Re Frío (Traducido a castellano actual)

08-08-2004
Parásitos, parásitos que chupan la energía de las casas, proliferan en los climas más calurosos, demostrando sin duda su naturaleza infernal. No se ocultan, no disimulan su presencia, son grandes y ruidosas cajas metálicas que se adhieren a las viviendas de los humanos y se alimentan de ellas. Les atraen especialmente las casas de los poderosos, de los que tienen dinero y joyas en exceso, pues en sus viviendas se pueden encontrar hasta 5 o 6 parásitos mientras que los más pobres no sufren su visita, o lo hacen en un número considerablemente menor. Son tolerados a cambio de una simple tentación, consistente en la reducción de la temperatura de la casa, obra sin duda de brujería propia de su naturaleza diabólica. Los habitantes están ciegos ante la amenaza, sólo ven la tentación del frescor conseguido y son incapaces de apreciar que es una sutil treta del demonio para robarles poco a poco su alma, tentándolos con toda clase de pensamientos y placeres que no serían posibles sin el clima tan particular que les ofrecen, que facilita el acto del desnudo y de la fornicación.

Como ya he escrito en este diario hace tiempo, la iglesia ha perdido su necesario poder en este mundo extraño, concentrándose el poder en grupos de humanos ignorantes de la ley de Dios en muchos casos. Y los parásitos del demonio no son ajenos a ello, no sólo hacen suyas las casas de ricos y poderosos, sino que se apelotonan en los edificios públicos, donde residen los intrusos que han robado el control a la iglesia y que, sin duda, son influenciados por los parásitos para profundizar más en su herejía e impulsar la corrupción y la decadencia que precederán el advenimiento del maligno en esta sociedad corrupta.

14-08-2004
Hoy he sentido verdadero miedo, pues he sido testigo del avance del tenebroso poder del maligno: he visto un parásito con ruedas, capaz de convencer a los hombres para transportarlo con ellos de un lugar a otro, y no tener que depender así de que se hallen en su área de influencia. Desconozco cuántos ejemplares de esta nueva mutación del parásito existirán, y casi me gustaría que no fuese mi deber para con Dios averiguarlo...

19-08-2004
Hace tanto, tanto calor hoy, tanto, no hay lugares frescos ni a la sombra, la temperatura parece cercana a la del agua a medio camino de hervir, los hombres de este mundo la definen como "48 grados", no sé cuánto más podré resistir este calor.

20-08-2004
Segundo día igual, la temperatura se mantiene o sube ligeramente. El vecino, fresco y sonriente, me invita a ir a su casa, donde vive uno de los parásitos con ruedas. Me mira, con su tamaño de pequeño niño indefenso y me tienta con pequeñas ráfagas que se esfuerza por hacer llegar hasta mí desde su posición. Parece incluso que se desliza y se acerca. ¡Oh, Dios!, ¡dame fuerza!.

26-08-2004
¡Señor!, ¿por qué me envías este castigo, este calor continuo? He intentado serte fiel, evitar la tentación, pero ya no puedo más, el parásito se adueña de mi cerebro y no seré capaz de resistir el próximo soplo de aire fresco que me envíe, me rindo...

miércoles, agosto 25, 2004

Punto de cocción: Granada (III)

(Pensaba escribir más cosas detalladas de mi experiencia granadina, pero creo que esta será la última entrega y obviaré algunas cosas poco importantes o ya comentadas en exceso del "guión inicial previsto".)

Es curioso como hay cosas que das por hechas, y normalmente no les das ningún valor especial y, de repente, cuando dejas de tenerlas, te producen hasta nostalgia, porque aparte de personas y cosas más obvias e importantes puedes llegar a echar de menos, por ejemplo, las cucharas. Sí, ¡las cucharas!. Echo de menos las simples y viejísimas cucharas de metal de mi casa con las que revolvía la leche al desayunar o me comía un yogur. Aquí lo que tengo son unas feas cucharas de mango rojo de plástico (los tenedores y cuchillos igual) que me costó mis días llegar a soportar... De hecho en mi lista de la compra apunté inicialmente "Comprar cucharas agradables", luego viendo cómo iban creciendo los gastos iniciales de irse a vivir solo, taché la entrada y acepté el yugo de las feas cucharas de mango de plástico, pero qué mal me caen... jeje.

Otra cosa que siempre había dado por hecha es que la tapa de la taza del water cuando la subes, se queda subida. Pero aquí no es así, y claro, vosotras las chicas quizás no lo notaríais mucho, pero para un chico, es bastante jodido mear teniendo que usar una mano para aguantar la tapa. El problema no es de fácil solución, ya que no se puede levantar la tapa más de ochenta y pico grados porque choca con la cisterna, con lo cual siempre se bajará sola si nada se lo impide. La solución provisional ha consistido en usar un trozito de papel higiénico a modo de cuña, lo cual la mantiene arriba un tiempo más que suficiente.

También, y aunque yo colaboraba en Tenerife en las tareas de la casa, el vivir solo y tener que hacerlo todo tú, te hace ver con nueva perspectiva la cantidad de tiempo que requieren y lo bien que hace las cosas mamá... jeje. Una de las cosas que no notaba yo hasta que punto era así es lo limpios que somos en casa (excepción sea hecha de mi padre... xD) y que ser sucios no es un factor que luego se pueda corregir fácilmente si se quiere dejar todo limpio de nuevo, porque lo que puede mantenerse limpio con cierta facilidad y no dejando que se incruste la suciedad o la grasa, si no se hace así, luego quitarla cuando ya está incrustada es practicamente imposible. Y después de pasarte 2 horas limpiando un sartén a base de cuchillo, quitagrasa, jabón y estropajo, o 3 horas pa dejar aceptablemente limpia una mesa, o no se cuántos minutos con la vajilla acabas empezando a pensar que no sale rentable dedicar tantas horas a eso, y te conformas con usar algunas cosas como están e ir cambiando alguna totalmente irrecuperable...

Entre tantas tareas y cansancio acumulado, por suerte no he tenido tiempo de aburrirme demasiado, y gracias a Cris, un compañero de beca, una reunión asnemita y, sobretodo, a rymanewa, he tenido también algunos días para salir por ahí a pasear, tomar algo y disfrutar de buena compañía. Lo malo es que ahora todos se dedican a estudiar y poco a salir, así de responsables son, ya veis, se ve que nadie les dijo de pequeños: "Si eres responsable nunca llegarás a nada", y claro, así de aburrido les va jeje. Wane!, a ver si te tomas ya ese descanso de estudiar y me llamas! xD.

Ahh, y ayer llegó mi compañero de piso..., se le ve buen chico, aunque no quiere ver la luz del sol y por la noche siempre sale y llega con sangre goteando por las comisuras de los labios... juraría que es un vampiro :-S. Vale, no es así :P, pero sí que es otro de los que se va a dedicar a estudiar la mayor parte del tiempo durante las próximas semanas...

viernes, agosto 13, 2004

Punto de cocción: Granada (II)

Vamos con los pisos:

La técnica de buscar piso no es tan trivial como pueda parecer en un primer instante, y si no fuera por los consejos de algunos amigos, seguramente se me habrían pasado algunas formas de encontrar anuncios. En primer lugar es bueno acudir a los amigos del lugar para ver si saben de alguien que busque compañero de piso o para que te recomienden las zonas que te pueden interesar y las que no, en función de lo fácil que sea llegar del piso a otros sitios, si la zona es peligrosa o no, etc. Luego están los periódicos, que en el caso de Granada hay uno que se llama Almoneda que está centrado únicamente en el tema de anuncios de compra, venta y alquiler y que es un buen punto de partida. También me recomendaron algunas páginas web con tablones de anuncios donde podía mirar, pero no funcionaban cuando intenté acceder a ellas. Y por último, otra buena alternativa es recorrer las zonas en las que puedas estar interesado y mirar farolas, cabinas telefónicas y demás en busca de anuncios, o estar atento a las fachadas y ver si hay carteles en alguna. Bueno, pues haciendo todo esto, y pese a estar a finales de julio, el 90% de los teléfonos a los que llamaba me decían que el piso estaba ya alquilado. Algunos de estos teléfonos eran además de inmobiliarias que no indicaban en los anuncios que lo fueran, y curiosamente, el mismo anuncio del mismo piso ya alquilado seguía saliendo en las nuevas ediciones de los periódicos, ¿casualidad? no sé yo... jeje, pero aprovechaban pa preguntarte qué buscabas y ofrecerte pisos de menos habitaciones, peor ubicados y bastante más caros... Otros no comentaban el precio en los anuncios, sino que esperaban a que preguntaras o a que fueras a verlo para decirte. El primero que fui a ver fue uno de éstos y ciertamente estaba bien: grande, 4 habitaciones, buenas calidades, bien amueblado, ventanas que daban a la calle, etc. Como pegas sólo que la ubicación era un poco mejorable y que pedían 760€ más gastos, con lo que como no consiguiera 4 para compartir estaba bastante más allá de mis pretensiones, así que seguí buscando...

En una inmobiliaria en la que pregunté por un piso me dijeron que estaba pendiente de que lo vieran unas personas que casi seguro que se lo quedaban, aunque aún no había nada firmado, y me invitaron a ir a ver algunos otros que tenían. Fui al día siguiente acompañado de Cris, y nos enseñaron uno en la calle Duquesa de 2 habitaciones, que se caracterizaba por tener 2 trozos de tubo saliendo del suelo en lugar de vidé (esto también lo tenía el de los 760€...), los azulejos de la pared a la altura de la ducha sujetos con cinta adhesiva (esperando caerse en el momento más inoportuno, fijo), una importante capa de basura recubriéndolo todo, incluyendo una cocina con tanta grasa sobre todo que parecía que los inquilinos anteriores no tenían idea de lo que era un estropajo o una bayeta. El salón se adornaba con un sillón con asientos en forma de U (de lo deformados que estaban), una mesa de cristal marrón (o igual era la tierra que tenía encima...) y un par de trastos semiinservibles más, las habitaciones estaban en un estado similar, aunque eso sí, el balcón era grande pero estaba señalizado, con una señal de ceda el paso apoyada junto a la pared, cuya procedencia preferimos no preguntar... El precio era de unos 390€ o así, mientras que el que "seguro que se iban a quedar los que iban a verlo" costaba sólo 360€ teniendo en cuenta que estaba también bien situado y que tenía 3 habitaciones grandes (en dos de ellas nos dijo que había incluso 2 camas). La única pega del "piso chollo" fue el comentario mientras veíamos el que acabo de comentar de: "¡pero si éste está muy bien!, ya veréis cuando veáis el otro...). Así que, aunque dijo que lo iban a arreglar y quedamos en verlo el lunes siguiente después de que lo limpiaran un poco (estábamos a viernes), hubiera tenido que vivir pendiente de obras (y eso si no me moría del susto al verlo, que no lo descartaría...). El sábado seguí llamando a varios números con el mismo resultado de que eran contestadores de inmobiliarias o el precio que me decían era excesivo o ya estaba alquilado y me ofrecían alternativas de características y ubicación mucho peor.

Entonces vi en el periódico Almoneda un anuncio de un piso bien situado, de 2 habitaciones, con calefacción (de los anteriores sólo el de 760€ tenía calefacción) a un precio razonable, pero que ponía "preferentemente chicas". Yo, habiendo visto el destrozo del piso de la calle Duquesa, poblado anteriormente por unos seres que se hacían llamar chicos, decidí agarrarme a que ese "preferentemente" no es un "sólo" como el de otros anuncios y con toda mi cara llamé, dándose la casualidad de que los dueños (que son de Málaga) estaban en él pintándolo en ese momento y me invitaron a ir a verlo. Lo primero que me dijo la dueña al entrar fue que si no había visto que decía el anuncio que era para chicas. Pero yo, que he visto muchas veces el anuncio del Scattergories, la fui convenciendo poco a poco y me las arreglé para que aceptaran canario limpio como chica, y lo estuve viendo y la verdad que, aunque no fuera nuevo, y las ventanas no dieran a la calle sino a paredes o patios, estaba bien iluminado, razonablemente equipado e infinitamente mejor conservado que los pisos de chicos estudiantes como el de la calle Duquesa. Tras verlo, les dije que me parecía que estaba bastante bien, y como me preguntaron si iba a estar solo o a compartir, terminé quedando con ir a verlo más tarde con Cris como representante del que puede ser mi futuro compañero de piso a partir de septiembre, a falta de algunos puntos de conflicto por resolver... A Cris también le gustó, y dado que las condiciones eran bastante mejores que todo lo que habíamos visto que quedaba sin alquilar por estas fechas, y que el piso estaba con 3 inmobiliarias más una pareja que era la primera que lo había visto y que podía quedárselo, decidimos en ese mismo momento ir al día siguiente (Domingo) a hacer el contrato, y así fue como conseguí mi fantasbuloso piso y me mudé seguidamente a él desde el albergue, con un amable taxista que me dió un recorrido turístico por algunas calles de la ciudad en lugar de tomar el camino más corto xD. Por cierto, la noche anterior, justo después de decidir nosotros lo de firmar el contrato, parece que llamó la pareja interesada y tuvieron una bronca con los dueños por no habérselo guardado... :-S. Otra cosa buena es que los dueños parecen muy buena gente, y hasta me cambiaron la nevera cuando les dije que el congelador iba regular y que se me ablandaban las empanadillas del Mercadona :').

Y nuevamente me despido hasta la siguiente entrega, que aún queda mucho que contar... (pero si os aburrís decídmelo y dejo de hacer de cronista jeje :P)

miércoles, agosto 11, 2004

Punto de cocción: Granada (I)

Comencemos por el principio: El último día de estancia en Alicante por la JENUI recibo una llamada que me dice que ya no puedo contar con el piso compartido en el que iba a quedarme los primeros días en Granada hasta que encontrara yo uno. Fue de una forma bastante sucia, pero tampoco quiero entrar en detalles en eso, cada cual sabe lo que hizo y tendrá su conciencia...

Al encontrarme de pronto sin un lugar donde quedarme a falta de pocos días de venir a Granada, tuve que incrementar los preparativos del viaje con búsquedas por Internet, peticiones de consejo a amigos y conocidos de Granada y llamadas a varias pensiones y al albergue juvenil de Granada para ver lo que encontraba. Las pensiones en Granada son por lo general bastante caras (o algo más baratas pero muy cutres) y no fue hasta dos días antes cuando conseguí hacer una reserva en el albergue juvenil de Granada, que está bastante bien de precio y las habitaciones tienen baño propio, de lo que carecían las pensiones más baratas.

Los últimos días en Tenerife fueron días de despedidas y de terminar de prepararlo todo (incluido un portátil que me compré una semanita antes de venir O:-)) y luego ya partí rumbo a Granada en una madrugada de Martes. Llegué a Granada unos 40 minutos tarde, ya que se retrasó el vuelo de Madrid a Granada, pero tampoco se me hizo demasiado largo. En Granada me esperaba Cris en el aeropuerto, una amiga de Granada(casualmente familiar del director de mi beca, pero eso es otra historia... jeje), que me ha ayudado mucho estos primeros días en Granada, y que ese día me llevó al albergue, a la universidad para hacer los trámites de incorporación a la beca y por la noche a tomar algo :).

La incorporación a la beca no supuso ningún problema, y esa misma mañana ya tenía mi credencial de becario. Luego estuve conociendo la escuela de informática y conseguí cuenta del departamento y algunas cosas más enseguida, un espejismo de celeridad para lo que me costaría luego poder conectarme a Internet...

El albergue como digo estaba muy bien, salvo por un detalle: que la temperatura en las habitaciones es bastante superior a la del exterior del edificio, con lo cual era como meterte en un invernadero o en una sartén a fuego lento...

Luego emprendí la búsqueda de pisos, pero eso tendrá que esperar a la próxima entrega...

sábado, agosto 07, 2004

En tierras granaínas

Hola amigos lectores, porque alguno me seguirá leyendo aún, no? jeje. Algunos os preguntaréis qué ha sido de mí en el mes y algo que llevo sin escribir en el blog. Pues primero estuve muy liado terminando cosas de la beca del doctorado en Tenerife y preparando la presentación del artículo para las Jornadas de Enseñanza Universitaria de la Informática (JENUI 2004). Luego, hará... (vaya, he perdido la noción del tiempo, ¿alguien la ha visto?) unas tres semanas fui a las jornadas en sí, que se celebraron en Alicante, unos 4-5 días estuve por allí y dormiría unas 10 horas en total... El regreso a Tenerife fue horroroso, una hora de retraso del vuelo, muerto de sueño, y un pasajero del asiento de atrás que sufría alucinaciones cada 15 minutos y veía un tambor en el respaldo de mi asiento...

Después me quedaba una semana para preparar todo antes de irme a Granada, donde estoy ahora como ya muchos sabéis de cara a una beca de investigación de 4 años para hacer el doctorado. Pues nada, llegué aquí el miércoles de la semana pasada, porque tenía que incorporarme antes del 13 de agosto y en agosto todo el mundo se va de vacaciones... Ya hice la incorporación, pero como "no hay nadie" no consigo hacer los trámites para poder conectarme a Internet en la Universidad. Tuve también que buscar piso, que por suerte ya he encontrado, pero Auna cable no llega por allí (pese a que es bastante céntrico) y el ADSL conlleva poner la línea telefónica, lo cual es bastante caro y, de momento, estoy pensándomelo, también dependiendo de lo que quiera hacer mi futuro compañero de piso que llega en Septiembre. De todas formas, como en la Universidad no hay manera de conseguir hacer los trámites para conectarme a Internet a través de la red del departamento este mes de agosto, he tenido que ser un poco más creativo y encontrar un medio para hacerlo no previsto por los administradores de red O:-) y creo que a partir de ahora podré conectarme en la Universidad de vez en cuando.

Todavía me quedan muchas cosas que hacer en el piso, sobre todo limpiar acumulaciones importantes de grasa en la cocina de inquilinos/as anteriores (esto lo digo sobre todo pa que las chicas veais lo limpio y buen partido que soy jejeje ;)), y prácticamente, entre el piso, recorrer la ciudad, conocer gente, etc. no paro en todo el día. Dos o tres noches he llegado tan cansado que me he recostado en el sillón "1 minuto" antes de cenar y he descubierto que aquí en la península los minutos son de unas 6 horas :-S

Y tras este montón de frases inconexas me despido por ahora... ;)

martes, junio 29, 2004

Pasión creadora

Leer escuchando: David Peña Dorantes - Orobroy

Sentado, tranquilo al principio, trabajo, estudio cualquier cosa o leo. Algo evoca entonces un recuerdo o sedimenta el germen de un pensamiento, de un escenario hipotético, un sueño pide ser escrito. Nace una idea, imprecisa, desdibujada, inquieta, y me desconcentro por momentos de la tarea que realizaba. El nerviosismo se apodera de mí porque hay una serpiente que lucha por vivir, por nacer, por escapar, una fuerza y energía desbocadas que gritan en la prisión de mi cuerpo. Se desliza cada vez más rápido, crece, dibuja imágenes en mi mente, compone un guión apresurado, la sangre corre intentando adelantarse a sí misma y las neuronas, que lanzan sus descargas aceleradas, ven señales de meta por todos lados y les entra el ansia por competir, por disputar cada punto intermedio, cada meta volante, por ser más rápidas que el resto.

Muchas veces no puedes hacer caso, tienes que ignorar el revuelo en tu interior, hay un trabajo por terminar y se te escapa la cuenta atrás, pero apenas puedes postergarlo y la urgencia crece, y se hace tan fuerte como tu resistencia, una luchando por desbordarse, la otra por contenerla, un delicado equilibrio de rayos, truenos y murallas, tensión que se acumula y se acumula, electricidad estática en las puntas de tus dedos, concentración sostenida por alfileres ligeramente doblados. Una parte de mí quiere escapar del resto: "Éste no es mi lugar" - me grita - "quiero ser libre, ¡libertad!, ¡libertad!, quiero escribir, quiero sentir, quiero amar, quiero crear, quiero pasión".

La sensación es a veces tan aplastante, tan intensa, que no puedes siquiera expresarla porque te desborda por los poros y va tan rápido que un texto no puede seguirla, pues la historia corre más deprisa, mucho más deprisa y no hay tiempo, te arrastra en su carro de fuego apasionado en un viaje en el que apenas controlas nada, donde el piloto ha enloquecido y no para de acelerar en cada curva, en cada bifurcación que conlleva una nueva asociación de ideas, un nuevo camino que alarga y completa la trama, corriendo, siempre corriendo, para que la historia no se escape. Sólo luego, cuando todo pasa, si no estás exhausto, puedes coger un vehículo veloz pero más lento, que recorra nuevamente el camino, recogiendo imágenes borrosas, sentimientos, cosiendo saltos hacia adelante y hacia detrás para formar una versión escrita de lo vivido, que aunque parcial y menos intensa, es la única forma de transmitirla entre almas que no saben leerse unas a otras directamente el corazón.

Y en ocasiones, consigues subirte en la cresta de la ola, agarrarte a los bigotes del viento, con tu corazón latiendo al ritmo de la inspiración, mientras las manos trasladan al papel la sucesión de imágenes e ideas sin permitirse vacilar, sin querer quedarse atrás, y en tus ojos se dibuja la silueta de un dragón blanco y la pasión alcanza su máximo apogeo a medida que el papel se llena y la energía se desborda a pasos agigantados porque una vez que fluye no puede ser contenida y arrollará cualquier intento de detenerla hasta que haya sido liberado su último átomo aprisionado. Cuando el ímpetu de la ola al fin se detiene y empieza su repliegue, sobreviene la calma y el silencio, y el único testigo es el papel que lleva impreso un nuevo orgasmo de sentimientos y palabras.
(A veces el resultado es bueno sin más retoques. Sólo a veces...)

miércoles, junio 23, 2004

Operaciones no matemáticas

Dentro de unas horas, en una superaceleración inusual de los trámites de esperas y requetesperas de la sanidad de este país... me someto a una pequeña operación en cuyos truculentos pormenores no voy a entrar jeje ;). Pero supuestamente mañana mismo o pasado me mandan para casa y luego una semanita o dos de recuperación... Esperemos (al menos yo, por la cuenta que me trae... xD) que todo vaya bien, ya os diré cuando pueda volver a escribir por aquí... De momento simplemente decir que al menos no estoy nervioso ni preocupado :). Hasta pronto... :)

domingo, junio 06, 2004

Conjuro

Es curioso a veces cómo dedicas mucho tiempo y la mejor de las voluntades a alguien, y luego descubres que no ha servido de nada porque ese alguien que creías que era tu amigo resulta que no sentía ningún aprecio por ti. Pero hasta el punto en que esto sucede no te das cuenta de nada, o te parecía normal y justificabas de cualquier forma que nunca se le viera un detalle, nunca un favor o un interés en aquello que a ti te importaba por más que ese amigo siempre pudiera contar contigo cada vez que necesitaba algo o tenía algún problema. Aunque, siendo sinceros, no es del todo cierto que no notaras esas cosas, porque cuando ya pasa algo muy evidente y te das cuenta de cómo es la realidad, ves que una parte dentro de ti siempre lo ha sabido, pero quizás quería estar ciega, quizás prefería no ver a admitir el fracaso, a asumir que aportar todo lo bueno que hay en ti no sirvió de nada ni merecía nada a cambio. Y eso si tienes suerte y ese "amigo" (al que no le importas nada y por tanto tiene pocos remordimientos de conciencia) no se siente ofendido cuando dejas de estar a su servicio, y en su interpretación particular de lo que es justo decide fastidiarte la vida en la medida de sus posibilidades, como si no hubieras tenido ya bastante y le debieras algo, como si fuera él el perjudicado o el que había sido traicionado y tuviera que resarcirse con la correspondiente venganza.

Pero al fin y al cabo la culpa es tuya, que quizás por soledad o por un mal momento te agarras a la primera sonrisa del calor de un clavo ardiendo y evidentemente te quemas, porque ese clavo nunca quiso enfriarse para dejarte cogerlo o estar a su lado. O también hay clavos, que aunque no queman, prefieren clavarse en otras clases de madera, y hay que saber verlo y aceptarlo. Por tanto, la solución debe estar en dejar de ser tan inocente y excesivamente bueno, y no ignorar la intuición y la vista de lo evidente, para lo cual lanzo un posible conjunto de intenciones expresadas en la lengua de los magos:

Invoco al aire frío del norte para despejar mi mente y arrastrar la nebulosa de los encantos de humo. Te pido a ti, tormenta de invierno, que con tus truenos me evidencies los mensajes que se ocultan en los silencios más expresivos, y que con la luz de tus rayos obligues a mis ojos a ver cuando se empeñan en mostrarse ciegos. Llamo al ímpetu del mar, al poder irresistible de su voluntad para infundirme el valor de no dejarme ser utilizado y de buscar, entre los miles de mares y puertos, aquellos destinos en que sí que hay alguien que se alegra de verme llegar, y de leer con una sonrisa las 4 ideas básicas que ondean en una bandera hecha con retales del alma.

Y es que los choques se asimilan y de ellos se aprende (yo en éste ya lo he hecho), y el mundo es muy grande, y por muy raro que seas, por muy difícil que lo creas, en el mar hay destinos para todos los buques, y para llegar sólo hace falta atreverse a navegar, o ése es ahora mi propósito.

sábado, mayo 22, 2004

Guionista del mundo


Si yo fuera un guionista del mundo
nos situaría juntos una tarde
en un lugar mágico y oculto
para poder mi amor confesarte.

Haría muy lento cada minuto,
con dulzura me haría abrazarte,
para decirte luego en susurros:
"Te amo y quiero tanto besarte".

Al decirlo mi puesto cedería,
dejándote la pluma y mi guión,
soñando que tu alma eligiría:

Un futuro juntos para los dos,
suscrito por tu alma y la mía,
sellado con un beso de amor.

infopoeta 20-05-2004

Iba a poner sólo el poema... pero mejor aclaro un poco...: No es que me haya enamorado, no, ni siquiera tengo ninguna musa ahora mismo :/, pero bueno... el romanticismo no siempre necesita tener una inspiración muy concreta... :). Y la otra razón de que escribiera un poema, fue por el comentario de Isa C al poema "Mil veces", haciendo una crítica literaria y técnica. Eso me motivó a hacer un poema más digno de su análisis, con lo que en éste sí que he intentado cuidar la métrica, así que si quieres puedes hacer una valoración más seria, a mí me gustaría :), aunque la crítica sea mala...

Y bueno, que tampoco os vayais a pensar que soy un cursi :P, sólo es que me gustan estas cosas románticas que a algunos os parecen tan poco realistas jeje, pero tengo también otras facetas ;).

PS: Lo del copyright creo que voy a dejar de ponerlo explícitamente y borrarlo de los anteriores. Se supone que no hace falta y seguro que nadie querrá intentar plagiarme nada, ¿no? O:-)

sábado, mayo 15, 2004

Telarañas de tensiones

Telarañas de tensiones rodeándolo todo, hilos de rencor que tejen trampas en el aire, odios liberados que inspiras sin darte cuenta y pinchan un poco tu ánimo. Sientes un nuevo disparo de palabras, lo atrapas, lo engulles, es triste haber aprendido a hacerlo. Hay fábricas de colchones dentro de ti, y no amortiguan sólo lo malo; es uno de los precios que pagas. Aún así el resorte cede en tu interior, se aprieta lentamente más y más: agobios condensados, respuestas contenidas. A veces rebota, se estira de nuevo con un estallido, te enfrenta al empuje con su propio empuje, mas la pólvora que lo provoca también nace de las tensiones, también añade hilos de rencor a las telarañas y deja fragmentos de odio liberados en el aire. Y luego, aunque algunos hilos se caen, otros quedan, y los spidermans entrenados construyen cada vez más deprisa cuando la bilis sube en un ambiente donde el cariño se encierra y no sale y no puede contenerla.

Pero casi siempre aguantas, el resorte se encoge pero no dejas surgir el estallido que nada consigue, te callas, ignoras las mentiras y las palabras injustas o inapropiadas, escapas a tu propio espacio y enciendes la música o buscas un ritmo distinto en tu interior. Las notas difuminan el odio en el aire, cambiando su frecuencia hasta que dejan de existir por esta vez. Tiemblan los hilos de las telarañas y caen poco a poco, y el resorte, liberado de la tensión, se anima a estirarse de nuevo lentamente y hay una paz que te envuelve, aliviando la picadura de las abejas, y te ayuda a continuar y a acudir a otros ambientes sin trasladar tensiones, sin estallido de resortes, y es bueno si lo consigues y encuentras mundos mejores en los que puedas aprender a ir quitando barreras, a ir quemando colchones.

domingo, abril 25, 2004

Amor de imperfecciones

Cuando era un adolescente se sentía atraído casi únicamente por las chicas más guapas, las que todos miraban, las diosas locales de belleza de cada pequeña subdivisión del mundo por la que pasaba. Pero con el paso de los años fue descubriendo que la belleza demasiado halagada no solía ir acompañada por la misma belleza interior, y fue aprendiendo a identificar otros rasgos que presagiaban mejor la belleza del alma. La belleza solamente física y totalmente fría dejó no sólo de interesarle en la búsqueda de una persona con la que compartir su vida, sino que ni siquiera le parecía ya atractiva al estar irreparablemente asociada en su experiencia al concepto de un alma hueca. Y empezó a buscar el atractivo y la afinidad con las personas ignorando las fachadas, las etiquetas ya impuestas, el rechazo o aceptación social que tuvieran, pues cada persona era para él un mundo por descubrir, y ese descubrimiento no podía ir marcado por un destino señalado de antemano. ¡Y halló tantas almas bellas entre los menos aceptados!.

No obstante, la primera vez que vio a Mar, en una foto que le enviaron de una reunión de amigos, su impresión fue francamente mala. Había salido horrible en esa foto, con los ojos convertidos en puntos rojos por el flash, la sonrisa de apariencia forzada y ligeramente torcida y un gesto que no supo identificar si era de incomodidad por estar siendo retratada o por disgustarle la compañía. El traje que llevaba, demasiado ancho, destruía todo atractivo de su cuerpo y sólo dejaba visibles, desde un poco por encima de los tobillos, unas piernas que se veían extremadamente delgadas.

En los dos años siguientes sólo se vieron pequeños momentos en las reuniones más concurridas de algún conocido común, y apenas intercambiaron el saludo al ser presentados. Fueron momentos en los que ella no se fijó apenas en él, y él no veía en ella más que la chica de aquella foto que tan poco le había gustado. Pero las casualidades de la vida los hicieron superar a ambos las pruebas selectivas de una conocida entidad bancaria local, y en el curso formativo previo a la incorporación a la empresa, y quizás sólo por la pequeña familiaridad adquirida en los fugaces encuentros anteriores, y por no conocer ninguno al resto de los seleccionados, empezaron a hablar y a conocerse. La increíble simpatía de ella y la gran sensibilidad de él, junto con muchos gustos e intereses comunes, los hicieron congeniar desde el primer día, y no paraban de hablar cada día antes, después, y durante el descanso del curso preparatorio del banco.

Él quedó impresionado enseguida por los enormes ojos de ella, y por la sensibilidad y la ternura que le descubría a medida que se iban conociendo más en sus frecuentes conversaciones, las cuales se extendieron también a algunas tardes en una cafetería o en el cine. Cada vez se iba sintiendo más atraído por ella, pero cuando no estaban juntos e intentaba recordarla, no conseguía ver su rostro tal como era, sino que le asaltaba la imagen de aquella horrible foto con la que la había identificado durante más de dos años, aunque para él ya no era más que un mal recuerdo, y le fastidiaba mucho ver los ojos rojos de la foto en lugar de los preciosos y dulces ojos negros que le descubría de nuevo cada vez que se encontraban. Pero el tiempo y verla a diario venció la persistencia de ese recuerdo dominante y obstinado, y una vez borrado, todo el día se llenó de ella, en sus veladas compartidas y en miles de maravillosos recuerdos y visiones de futuro.

Un día, antes de despedirse, y en el intercambio de una de tantas miradas cargadas del amor que ninguno de los dos se había atrevido a manifestar, él se fue acercando a ella lentamente, sintiendo como su pulso se aceleraba, y la besó con la intensidad que sólo tienen los besos más deseados. Prolongó el beso apenas unos segundos, y luego, sin separarse casi, la miró a los ojos y le dijo: "Te quiero". Ella respondió sin dudarlo: "Yo también te quiero", mientras escapaban sus lágrimas emocionadas. Y se abrazaron hasta sentirse tan juntos que nada pudiera separarlos, y ni tan siquiera el aire se atrevió a interponerse entre ellos en ese momento, y se besaron decenas de interminables veces.

Esa misma noche hicieron el amor, pues aunque el momento del primer beso se había retrasado tanto, el amor hacía meses que era el dueño de sus vidas, y no había nada que no supieran el uno del otro tras romper el secreto de la mutua confesión de amor. Dos días después comenzaron a vivir juntos, y se amaron tanto que el amó sus hermosos ojos, su sonrisa, su tremenda dulzura y ella amó su romanticismo, su ternura, sus abrazos. Y él amó sus chistes y la forma en que hacía su trabajo y sus gustos por la lectura. Y ella amó sus pequeños escritos, su creatividad y su inspiración. Y él enloquecía con sus labios, sus pechos pequeños pero proporcionados, sus nalgas firmes y generosas. Y ella vibraba con sus manos fuertes que la trataban con tanta dulzura, y con sus piernas musculosas y sus abdominales marcados. Y llegaron más allá y se amaron las pequeñas discrepancias, los gustos no afines, las bocas ligeramente torcidas, la cabeza cada vez más calva de él, las piernas demasiado flacas de ella, las venas que se marcaban demasiado en algún punto de la piel, porque cada pequeña diferencia e imperfección formaba parte de su identidad, y cuando el amor es puro termina aprendiendo a querer tanto a los defectos como a las virtudes.

sábado, abril 17, 2004

Pequeña historia de un amor sin palabras

Él estaba sentado como siempre en la mesa situada más cerca de la barra, con la habitual taza de chocolate humeante entre las manos, sintiendo como el vapor penetraba lentamente en sus pulmones y volvía a salir luego arrastrando porciones de estrés entre sus ganchos de humo. Acercó lentamente los labios a la taza y, cerrando un instante los ojos, tomó un pequeño sorbo, saboreándolo casi con mimo, y al abrir los ojos de nuevo y dirigir su mirada a los ventanales, como tantas veces hacía, ella, sentada justo en el centro de su visión, de espaldas a él, se giró un momento hacia la barra agitando un sobre vacío de azúcar en dirección al camarero para indicarle que quería otro más. Y fue así, al percibir el movimiento, cuando los ojos de él se dirigieron hacia ella asombrados por la luminosidad de su rostro y su mirada, y por su cabello negro, largo y rizado que se movía suavemente acariciándole el rostro.

Era la primera vez que ella iba a la cafetería tan temprano, pero ese día, la hora que cogía para su descanso laboral había sido reservada para una interesante presentación a la que quería acudir y adelantó el momento de tomar su habitual taza de café. Siempre iba a aquel lugar, aunque no era el más cercano, porque su incapacidad para hablar no siempre era tratada con educación en otros lugares, y el camarero de ésta, no sólo conocía el lenguaje de los signos, sino que con el tiempo habían llegado a ser buenos amigos. Solía sentarse en la barra y hablar con él mientras se tomaba una taza de café con abundante azúcar, pero ese día el camarero estaba enfrascado en una conversación telefónica sobre unos pedidos así que decidió coger el café y tomarlo en la mesa junto a la ventana. Vació el sobre de azúcar en la taza, y dándose cuenta de que se le había olvidado coger otro, se giró hacia la barra y agitó el sobre vacío en dirección a su amigo que asintió indicando que enseguida le llevaba otro, pues sabía muy bien que a ella le gustaba el café con abundante azúcar.

Entonces sintió el peso de la mirada que provenía del hombre sentado en la mesa junto a la barra y cruzó su mirada con la de él, y se quedó asombrada por su fuerza serena y la magnitud del asombro y admiración con que él la observaba, hechizado como ella también se iba quedando al observar a aquel hombre de ojos azules y penetrantes mirarla entre el humo del chocolate que sostenía en sus fuertes y grandes manos. Se ruborizó un poco y volvió a girarse hasta quedar nuevamente sentada correctamente en su silla, de espaldas a él. Él, sin pensar en lo que hacía, se levantó y empezó a caminar hacia ella, que oía sus pasos magnificados por su atención concentrada infinitamente en cada detalle del momento. Se sentó justo frente a ella, que levantó su mirada del mantel para mirarlo, libre ahora del rubor que había sido sustituido por una inmensa sensación de confianza y seguridad. Y se miraron, y sonrieron, y la mano de él rodeo la de ella, y ella tomó su otra mano, juntando las 4 en una única mano que mezclaba la fuerza contenida de él con la frágil delicadeza de ella. Y tras conocerse en lo más hondo sólo con gestos y miradas, sin hablar, pues ella hablar no podía, y él no pensó en ello ni tampoco lo quiso, se sumergieron en el agobio dulce de la predestinación y salieron cogidos de la mano, sin pagar una cuenta que el amigo camarero no pensó en reclamar. Caminaron un rato por la avenida llena de vegetación, con las manos en la cintura uno del otro, y la cabeza de ella recostada sobre el hombro de él, y justo debajo del árbol más grande, se giraron el uno hacia al otro, y él puso su mano en el rostro de ella y la distancia que desaparecía acabó convertida en el primer e intenso beso de tantos que se darían.

Sentados en el banco en la entrada de la casa, y abrazados con el infinito cariño que siempre se habían tenido, ambos sonrieron al mirarse simultáneamente, y supieron, sin palabras, como tantas otras veces, que el tiempo volvía a sorprenderlos en el recuerdo compartido del día en que veinte años antes se conocieron en aquella cafetería...

sábado, abril 10, 2004

Un recuerdo del pasado

Cuando las nuevas historias no surgen, o no desean ser contadas, es quizás un buen momento para echar un poco la vista atrás y recuperar algún momento del pasado. Retroced conmigo: marzo de 2004, ..., enero de 2004, ..., 2003, ..., 2002, segunda mitad del 2001.

En el verano de 2001 tuve por primera vez conexión a internet en casa. Siendo estudiante de informática y habiendo acabado ya por aquel entonces los tres primeros años de carrera y obtenido el título correspondiente a la ingeniería técnica, se puede decir que era de los pocos en mi situación que aún no tenía conexión por esas fechas.

Casi inmediatamente, o muy poco después de tener la conexión, comencé a entrar al chat, impulsado por el anuncio de un canal del IRC-Hispano asociado a una web que visitaba por aquellos días. Allí fui conociendo a algunas personas, y entre ellas había gente a la que le gustaba la poesía y que escribían incluso sus propios poemas. No se puede decir que antes de aquel momento mi interés por la poesía fuera mucho. Ni siquiera había leído prácticamente nada y mucho menos había pensado en escribir. Pero con la compañía de esas personas, empecé a entrar a algún canal de poesía e incluso en otros canales tocamos un poco el tema, y me fue atrayendo cada vez más, aunque quizás no tanto por la poesía como por la sensibilidad que descubrí en algunos de los que escribían y/o chateaban por allí. Contagiado por ese ambiente hice mis primeros intentos de escribir algún pequeño poema, aunque no creía que fuera a ser más que un simple experimento.

Sin embargo, una de las personas que conocí, y con las que trabé una amistad que aún hoy conservo, conversaba muchas veces conmigo por aquel entonces en verso, improvisando a medida que escribía, y me animaba a seguir su juego y a arrancarme yo también a improvisar. Al principio cuando ella hablaba en verso, yo hablaba normal, luego le decía que no me salía a mí escribir así, pero ella seguía con líneas y líneas de improvisación, hasta que llegado un momento, y tímidamente al principio, yo también comencé a sumarme al juego de la improvisación y diría que fue ahí, en esos primeros poemas y esas primeras improvisaciones cuando comenzó a nacer libremente mi faceta de escritor.

Al principio sólo escribía poesía, y tendría ya más de 50 poemas antes del momento en que abrí el blog, motivado por la lectura de los blogs de algunos conocidos y por los ánimos de una amiga a que escribiera también algo en prosa, para lo cual el blog me pareció una buena forma, y fue con él como empecé a escribir algo que no fuera poesía ni la prosa propia de los trabajos de estudiante.

Y tras esta pequeña historia de mis comienzos en el campo de la escritura, y aunque ya son muy pocos los poemas que escribí que aún me gustan algo, os dejo uno de ellos, concretamente el que tengo anotado como poema número 11 y que es el que sigue:

Mil veces

Yo te daría mil gracias,
mil abrazos y mil besos.
Mil veces te escribiría
y otras mil te abrazaría
si te sirve de sustento.

Mil veces en el silencio
te haría sentir mi afecto,
y otras mil serían versos,
muy sinceros, imperfectos.

Mil veces calmar tu llanto,
y esfumar con él tus penas,
para oír siempre tu canto,
dulce y bello, de sirena.

Mil flores bajo tus pasos
siempre vivos y danzantes,
los pasos siempre descalzos
de un corazón desbordante.

Tú siempre me has conmovido,
ahora yo intento alegrarte,
mas tras lo que hemos vivido,
con mil veces no es bastante.

Ni mil veces cada instante.

infopoeta 18-02-2002

miércoles, marzo 31, 2004

Las vecinas de arriba

Hace algunos meses que trabajo en una sala de ordenadores de la Universidad destinada al cluster beowulf del grupo de paralelismo. En la sala hay unos dieciséis ordenadores funcionando más otros pocos ya jubilados repartidos en varias mesas y estanterías. El edificio en el que está la sala es muy viejo, lleno de grietas, con la mayoría de las ventanas clavadas para que no se puedan abrir, muchas plantas abandonadas, y que yo creo que se sostiene en pie por poco más que la costumbre y la ayuda de las enredaderas que lo recubren por todas partes. Es curiosa además la forma en que se sostiene en pie, que si subes un día de fuerte viento a la séptima (y última) planta puedes sentir como se balancea de un lado a otro como un gigantesco tentetieso. De hecho, a veces incluso me pregunto si el núcleo metálico que dicen que es el centro de la tierra no será más que la semiesfera de hierro de la parte baja de nuestro tentetieso particular, idea que además me da más confianza que pensar que sólo está enterrado unos pocos metros, porque sino el día que sople fuerte el alisio no quiero pensar que pasará.

En este marco tan "entrañable" la verdad es que el hecho de que de vez en cuando se oyeran unos ruidos en el falso techo de la sala yo lo veía casi normal y ni siquiera le prestaba atención. Pero claro, una compañera que también va a menudo a trabajar a esa sala, no tuvo un día mejor cosa que decirme que esos ruidos eran ratas moviéndose por el falso techo y que por el ruido que hacían tenían un tamaño como para que en el juego del gato y el ratón fuera el gato el que corriera... :-S. ¡Cómo si no hubiera otras cosas de qué hablar! ¿POR QUÉ TENÍA QUE DECIR ESOOO?. Menos mal que me lo tomé con humor e hice incluso un par de bromas sobre que iban a bajar a por nosotros rompiendo las rejillas de ventilación. Y es que pensé que también podían ser palomas en vez de ratas, y aunque fueran ratas, la intensidad del ruido igual era normal y no quería decir que fueran tan grandes como la imaginación temía...

Sin embargo, hoy, apenas 10 o 20 minutos después de que mi compañera se hubiera ido, oigo primero algún ruidito de movimiento de nuestras vecinas en el falso techo, y luego plum! -un golpe-. ¡Me cago en su madre!, qué demonios ha sido eso?. ¡Plum!, ¡plum!, de nuevo, con el mismo sonido que haría un ladrillo siendo volteado repetidas veces por la parte superior del falso techo dejando que cayera libremente en cada giro. Ni que decir tiene que dejé lo que estaba haciendo y me puse de pie a mirar al techo a ver por dónde iban a hacer el agujero para saltar abajo a devorarme, mirando a uno y otro lado buscando algo para defenderme, aferrando el respaldo de la silla como el arma arrojadiza más a mano si el ataque era muy rápido. ¿Servirán aquellos destornilladores? No, no, ¡que ese bicho me come el brazo completo con destornillador incluído! ¿Harán los latiguillos de red honor a la primera parte de su nombre? Qué va, lo más que le van a hacer es cosquillas, y como no le guste reírse va a ser peor... Y entonces, en una muestra de valor sin precedentes, dejé la silla que tomé como defensa inicial a un lado, y me dispuse a enfrentar el ataque del animal en un arriesgado cuerpo a cuerpo. Bueno, vale..., me fui como un cobarde un rato a la sala de al lado, ¡pero es que vosotros no oísteis esos golpes!!!!

Y pensar que si mi compañera no hubiera nombrado nunca el tema de las ratas quizás simplemente habría ignorado como siempre los pequeños ruidos de sus desplazamientos y pensado que los golpes mayores sólo sería algún soporte del falso techo que se desprendió, sin darle mayor importancia. Pero lo oigo todo, porque sé que son ratas, que son grandes y que arrancan ladrillos de la pared para jugar al fútbol... :-S. Aunque no voy a ser yo el único asustado, le pienso dar a leer mi historia de lo que pasó hoy, y si nos morimos de miedo, ¡nos morimos los dos! ¡Y sino que no hubiera nombrado nunca las ratas! xD

domingo, marzo 21, 2004

Melancolía

Sentado frente a su mesa, le agobiaba la indiferencia del ordenador en que realizaba su trabajo, y la perspectiva de permanecer varias horas más dedicado a la misma rutina laboral de siempre era algo que a su mente, con el peso de cada nuevo segundo, le resultaba difícil soportar. Apenas logró controlar la situación otro par de minutos, y luego, con la ansiedad ya desbordada, apartó sus manos del teclado, y sin querer levantarse, se ayudó de un ligero impulso contra la mesa para hacer rodar su silla hasta la ventana situada en la parte derecha de su despacho.

Apoyó sus brazos sobre la mesa que acaparaba la mayor parte de la pared bajo la ventana y giró la pequeña rueda que ponía en marcha el hilo músical. Cerró los ojos, apoyando su cabeza sobre una mano y se refugió en la voz de Amaia Montero, que cantaba "Puede ser" junto a "El canto del loco". Al acabar la canción, volvió a apagar el aparato, sin ganas de saber cuál sería la siguiente canción que le tenía preparada, pero pensó que al menos ese aparato, al contrario que el impasible ordenador, sí entendía sus sentimientos, y quizás había elegido esa canción para demostrarle su empatía. Sonrió un poco al notar este pensamiento, pues le decía que la parte positiva de su mente no estaba del todo ausente pese a hallarse atrapado por esa pegajosa tristeza que poco a poco iba extendiéndose desde su cuerpo y llenando toda la habitación.

Abrió los ojos y miró por la ventana. El día estaba despejado, y apenas algunas nubes competían en el cielo en una lenta carrera hacia al norte, un pájaro saltaba de un lado a otro en las enredaderas que cubrían la pared exterior del edificio vecino y abajo, en la calle, inaudibles a través de la ventana cerrada, pasaban algunas personas y coches. Volvió entonces su mirada de vuelta a las nubes, como atraído por la porción de su entorno que más se ajustaba al pausado ritmo interno de la tristeza. Centraba su atención en algún fragmento de nube de forma un poco especial y lo observaba en su recorrido, atravesando primero el cristal derecho de la ventana para luego desaparecer un momento tras la barra de aluminio que separaba ambos cristales y finalmente deslizarse por todo el cristal izquierdo hasta desaparecer más allá de su campo de visión. Entonces regresaba su vista al cristal derecho, seleccionaba un nuevo fragmento de nube, y repetía el mismo proceso de seguimiento, una y otra vez.

Se distrajo un momento por el sonido de alguien acercándose a la puerta de su despacho que finalmente pasó de largo, y dirigió entonces su mirada más allá de las nubes, a las montañas que se elevaban un poco más allá, salpicadas por apenas un par de casas dispersas. Y así, con su mirada fija en el gigante estático, evocó imágenes borrosas y pensamientos no expresados con palabras sobre su colección de ideas pendientes y sobre aquella que no escuchaba su voz.

miércoles, febrero 11, 2004

Risas y sonrisas

Me encantan las risas y las sonrisas, ¡qué razón tiene quien dijo que eran contagiosas! :). Hoy me crucé con una amiga, y yendo ambos con prisa y siendo el encuentro en medio de un paso de peatones, simplemente intercambiamos un saludo y una sonrisa, pero apuesto a que ambos salimos más animados tras ese simple gesto :). Aunque confieso que si hago esta apuesta es porque sé que por mi parte ya está ganada y por la suya diría que también está bastante claro que ocurre lo mismo... :). Me gustan esas sonrisas porque transmiten alegría y afecto y surgen ineludibles del corazón ante esos buenos amigos. Me gustan esas sonrisas tras las cuales no hay poses, no hay apariencias, no hay un papel que las narre, sino que simplemente son sonrisas sinceras y llenas de cordialidad.

Es por ello que también detesto profundamente las sonrisas falsas o cargadas de superioridad, esas que no merecen su nombre ni comparten las buenas cualidades de mis queridas sonrisas, esas que sin duda usan y dominan (aunque también juegan en su contra... jeje) los que hace unos días llamé en otro artículo "Mr. Beans de sentimientos", y que ahora dejó ya de nuevo a un lado porque este trozo de papel no les corresponde.

¿Cuánto dura el efecto de una de estas hermosas sonrisas? ¿Cuántas veces se recuerda? No es fácil de precisar, pues un poco supongo que depende de la cantidad de alegría, ilusión y buenas vibraciones que acompañen a cada sonrisa y de la importancia del momento en que se produzcan, pero otro poco está más relacionado con el carácter de quien recibe uno de estos regalos de perlas y de que haya aprendido a recordar a estas pequeñas gigantes :). Por ejemplo, yo empecé a escribir estas líneas recordando esa sonrisa que intercambié esta mañana y la energía que un buen rato me infundió :), y ahora, como animadas por esta primera voluntaria, poco a poco muchas otras sonrisas se abren camino en mis pensamientos.

Recuerdo un niño muy pequeño que subió a la guagua de la mano de su madre, con sus enormes ojos totalmente abiertos como esponjas de detalles y a los que acompañaba su pequeña sonrisa, apenas sólo esbozada, y el encuentro de sus ojos con los míos, unos ojos totalmente francos, que no querían ocultar nada y sonrío pensando que quizás él viera lo mismo en los míos. ¡Qué parte tan importante de una sonrisa son los ojos! :)

Siguiendo con las guaguas, recuerdo que la semana pasada hubo varios días que regresé a casa en ella a eso de las 19:10 de la noche desde una misma parada, como consecuencia de la asistencia a un curso que acababa 10 minutos antes. Allí y a esa hora, otro pasajero esperaba siempre la misma línea. Se trataba de un hombre de unos treinta y pocos años, de alrededor de metro ochenta de estatura, de pelo y piel bastante morena y considerablemente gordo y fuerte, que quizás de verlo con otra actitud hubiera resultado hasta temible. Parecía un poco inquieto y deambulaba de un lado para otro mientras esperaba la guagua, con la mirada siempre un poco perdida y dirigida al suelo unos metros por delante de él. Y mientras caminaba así, en trayectos de unos veinte o treinta metros de ida y vuelta, brotaba de su boca a cada poco un animado jejejejeje al tiempo que movía la cabeza de atrás a adelante y sus facciones se inundaban de la risa. Luego hacía una breve pausa, pero sus ojos continuaban perdidos en ese recuerdo al que nunca podía escapar y que siempre provocaba de nuevo su risa: jejejejejejeeeee (quedándose sin aire)...pausa...jejejejejeeeee y así constantemente primero en la parada y luego en la guagua el resto del trayecto hasta su destino. Y no es que nos contagiara sus risas, pero tanto el sonido de ellas como la frecuencia con que se producían, que además no era tan excesiva como para incomodar, iban provocando en mí y muchos otros compañeros de trayecto la aparición de una sonrisa que, admirados por su diversión, no podíamos menos que mantener :). Cuando lo recuerdo me pregunto si se dedicaría a escribir monólogos mentalmente y se reía a causa de ellos durante el constante proceso de creación, o si quizás recordaba los miles de chistes de un compañero de tertulias especialmente dotado para el humor. O quizás fuera que un día descubrió el chiste perfecto, un chiste tan bueno que una vez oído o pensado no pueda ser jamás olvidado y mantenga siempre viva la alegría de la risa...

Recuerdo también alguna conversación aislada estos últimos días con una chica que estoy empezando a conocer y con la que espero ir construyendo una amistad si hay un poco de suerte :). Su simpatía me resulta tan evidente como el sol cuando se asoma por la mañana y las pocas palabras que hemos intercambiado siempre han ido envueltas de ese calor especial que también es muchas veces semilla de una sonrisa que se planta en los oídos.

Espero que la lectura de este texto de sonrisas escrito con sonrisas os haya contagiado irremisiblemente y ya os empiecen a salir algunas jeje :). Si es así, mostradlas sin miedo ni vergüenza, que a vuestro alrededor algunas amigas suyas esperan verlas salir para animarse a seguirlas... ;)

viernes, febrero 06, 2004

Dos realidades

A veces me siento ajeno a este mundo real. A veces veo la realidad vacía, y lo real son ensueños que no saben de este mundo salvo detalles ambiguos que han querido incorporar.

Hace tiempo que vivo en la puerta entre estas dos dimensiones. Es una puerta pequeña, difícil de encontrar, y más difícil aún es permanecer bajo ella, pues tiende a conducirte a uno u otro de sus lados sin dejarte ser consciente de su existencia. Bajo su marco hay un pequeño cartel que, si lees ladeándote a la izquierda, te advierte: "Quien logre leer estas líneas, se halla en la frontera de dos planos que no debieron nunca ser vistos a la vez. Divida su mente entre ellos o la locura será el cuchillo que cree la división". Si lo miras inclinándote a la derecha sólo se distingue un simple "¡Vuela!" escrito con un lenguaje que no es lenguaje y que tampoco se lee.

Recuerdo la primera vez que pensé que tenía que existir la puerta. Era un día soleado de verano y yo estaba en el pueblo de mis abuelos, en el mismo lado de la puerta en que dejo escritas estas líneas. Sentado en un taburete junto a la fachada de su casa, un anciano perdía su desenfocada mirada en el viento, ajeno a la llamada para comer de su joven nieto, que, como a mí también me había sucedido alguna vez, se impacientaba ante el despiste y la senilidad de su abuelo, sin alcanzar a comprender el por qué de su lenta respuesta y su escaso nivel atención. Y fue entonces, al mirar a los ojos del anciano, cuando intuí una explicación a aquella escena distinta del tan repetido deterioro por la edad: su mente se hallaba en otro lugar. Y luego, apoyando mi hipótesis, percibí un destello en su mirada que, como una señal luminosa, precedió el retorno de su conciencia desde algún lugar remoto para atender, al fin, a su nieto.

De repente parecía todo tan evidente que no entendía como no lo había pensado antes. Aunque también me decía que las cosas evidentes son a menudo las más difíciles de ver y la revelación supe que no había venido de ningún esfuerzo por mi parte, sino que simplemente apareció en mi mente como una repentina inspiración, que ahora, después de todo este tiempo, sé que provino de una momentánea e inadvertida excursión de mi mente al otro lado de la puerta. ¿Y si existía otro mundo completamente distinto a éste en el que también pudiéramos vivir, aunque sin poder nunca abandonar permanentemente ninguno? ¿Qué haríamos?

Con esas preguntas empezó mi búsqueda, y poco a poco me fui dando cuenta con más frecuencia de cuando estaba en uno u otro lado de la puerta. A medida que podía percibir más rápidamente el cambio me iba acercando a la frontera en que éste se produce, y, por fin, un día, cuando ya casi dudaba de si era posible, conseguí que mi atención se activara bajo el marco de la puerta, allí donde se halla el cartel que no esperaba ser visto, sin dejar que la puerta me condujera a la forzada elección de uno de sus dos lados, de pie en el centro mismo de su contradicción.

Y entendí. Entendí que lo normal es vivir cada día un poco en cada lado, aunque sin mezclarlos demasiado y que un lado se manifiesta más en lo que aquí llamamos sueños y el otro en lo que llamamos estar despiertos, aunque hay excepciones. Entendí que el viejo de mirada perdida aprendió al envejecer a preferir el lado más imaginativo de la puerta, y concentraba tanto tiempo y atención en él que en este otro lado apenas parecía reaccionar. De hecho, si volvía tantas veces era simplemente porque, como ya he dicho, no se puede cambiar de lado de forma permanente. Y entendí también por qué a otros ancianos no les pasaba lo mismo, pues este lado tiene también sus ventajas con sus reglas más rígidas y su naturaleza más previsible. Y entendí la locura, pues no es más que el intento de trasladar un lado de la puerta al otro ante la frustración de no poder hacer una elección permanente. Y el intento de este traslado choca con la incompatibilidad de ambos mundos, cuyas reglas son distintas y muchas veces antagónicas, lo cual les condena a vivir separados aunque siempre unidos por la puerta.

Es duro vivir en el centro de la puerta. Sé que a veces puedo coger un poco de ambos mundos y construir con ellos un resultado que unifica en una belleza superior su existencia separada, pero al mostrarlo a alguien que vive en cualquiera de los dos lados, el delicado conflicto de su semilla choca con una realidad que no es mixta, y para la que no tiene, por tanto, el mismo valor. Creo que seguiré buscando a gente que viva también en la puerta, con quien pueda hablar de la mezcla de ambos mundos, mas si algún día veis que comienzo a perder mi mirada en las aristas de la nada, quizás sea que he elegido vivir en el mismo lado que el anciano de mi pueblo y ya apenas vuelva a éste...

lunes, febrero 02, 2004

Mr. Beans de sentimientos

Seguramente muchos de los que leéis estas líneas recordaréis la escena de la película de Mr. Bean en que éste se encuentra en un aeropuerto y simula estar escondiendo un arma. Con apenas algunos gestos sospechosos consigue que la seguridad lo persiga y le haga dejar el arma (que era sólo su mano) en el suelo. Es un ejemplo de que no hace falta tener algo real (una pistola en este caso) para convencer a los demás de que lo tenemos si aprovechamos su imaginación o su buena fe. Otro ejemplo muy usual, y explotado también por los humoristas, es el trabajador que, cansado, aburrido o poco motivado, sólo espera que acabe su jornada laboral para irse a casa, pero como debe permanecer en su puesto hasta la hora estipulada, mira con falsa concentración unos papeles o la pantalla de su ordenador al tiempo que hace gestos de pensar profundamente. Si lo acompaña con algún pequeño gesto triunfal de vez en cuando se consigue un efecto aún más logrado al dar la sensación de que además obtiene progresos en la solución de sus problemas.

Ciertamente, todos hemos jugado alguna vez el juego de las apariencias y, por ejemplo, algún mal día ¿quién no ha distraído disimuladamente treinta minutos su atención con cosas ajenas a la tarea que se supone que debía estar realizando? Son situaciones normales y que no suponen problema de ningún tipo si son la excepción y no la regla. Además, en este caso, también está el límite de tiempo que el cerebro puede mantener la atención de forma continuada en una única tarea, el cual no es eterno, pues se necesita algún momento de descanso aunque sea muy pequeño de vez en cuando.

Pero, al igual que en ciertas ocasiones es incluso aceptable, o al menos comprensible, sustituir la verdad por apariencias, hay otras en que, a mi juicio, es muy reprochable. No es lo mismo que un funcionario que tenga un puesto innecesario pase el día dando la apariencia de que trabaja (en cierto modo esa apariencia es su trabajo, ¿no? jeje) a que un controlador aéreo se ponga a mirar la pared mientras chocan puntitos en su pantalla. Los efectos y los daños son muy distintos entre unos casos y otros.

Pues bien, entre las manifestaciones de falsas apariencias que más me molestan, duelen o entristecen están las que prodigan los que he llamado "Mr. Beans de sentimientos", gente que constantemente da la apariencia de sentir, querer, apreciar, mostrar interés, etc. sin que realmente sus actos los mueva ningún sentimiento real. Son personas que han aprendido a manipular sutilmente a los demás y a construirse una imagen que poco tiene que ver con la realidad. De hecho, normalmente no les mueve mucho más que un interés egoísta en lograr beneficios/favores/aprecio a cambio de sus palabras y "abrazos" de humo. Y es cierto que esta falsedad muchas veces se termina manifestando claramente a casi todos los observadores, pero también en muchas otras ocasiones, quizás por ser más inteligentes o mejores observadores e imitadores de la realidad, consiguen mantener constantemente engañadas a las víctimas de su encanto artificial. Casi todo intento de desenmascarar a estos actores avanzados, incluso con evidencias bastante tangibles, resulta frecuentemente inútil, pues lo más probable es que logren esquivarlo a la vez que nos echan tierra encima con la facilidad, las mentiras y la tranquilidad de conciencia que da una mente fría con la que alguien más honesto poco puede competir, con lo que lo mejor es dejar que se delaten por sí mismos ante quien sepa ver detrás de la máscara.

Si no habíais percibido/sufrido casos como el que describo, espero que mis palabras sirvan para haceros pensar un poco, aunque no pretendo ni me gustaría provocar en nadie la tendencia a desconfiar. Creo, de hecho, que es mejor ser un poco confiado y esperar buena fe y buena gente pues la experiencia es más rica cuando no se ponen puertas a las posibilidades demasiado pronto. Pero al igual que el niño al que jugamos a esconderle una pelotita imaginaria detrás de la espalda (tras dejar la real detrás de un cojín), tenemos que aprender también que a veces la pelota no está en la mano y debemos buscar la verdad detrás del cojín...

domingo, enero 25, 2004

Una caja de ideas

Guardo un tesoro escondido en una caja de hierro: son ideas que he tenido y no he llegado a escribir. Algunas yacen en ella por haber sido un inepto y no saberlas decir; otras, en cambio, me duelen si intento hacerlas salir, porque a veces pide mi alma caricias que no recibe para luego producir. Hay días que las palabras, fluyen por inercia, solas, y hasta el papel, línea a línea, lentamente, lo devoran. Esos días va mi pluma corriendo sin descansar, y da vida a las palabras, y las enseña a contar el guión de alguna historia que se recrea al leerla en un soporte mental. Pero, otros días, la pluma, se hace en mi mano pesada, y ante un torrente de ideas, que no es capaz de abarcar, tan solo consigue fuerzas para dejarlas escritas en mi caja de metal.

Hay versos de todo tipo, poemas sin acabar. Hay críticas inspiradas en hechos de sociedad y cuadros que mi mirada forma con la realidad. Hay historias fantasiosas y recuerdos del pasado, y algún niño ensimismado contemplando a un hada azul. Hay textos de todo tipo dedicados al amor, unos poquitos, reales y el resto son desahogos para mi imaginación. Y luego, en cada rincón, hay pensamientos sensibles y cargados de emoción, y brillos difuminados que ya ni sé bien qué son.

También es cierto que, a veces, tengo ideas que no escribo ni en mi caja de metal, historias que lleva el viento a donde el olvido está. Pero pienso que hay ideas que se hacen independientes al instante de nacer, y viajan junto a nosotros esperando otro momento en que puedan regresar. E incluso hay veces que siento que alguna desde mi caja toma un segundo el control y deja en otras historias matices del contenido que aún ella no expresó.

Como dice Carlos Chaouen en una hermosa canción: "Hay estrofas que a veces no escribo y en ellas queda lo mejor".

lunes, enero 12, 2004

De compras-Turismo de rostros y gestos

Hoy hemos ido de compras al centro comercial, que ya es época de rebajas. Mi madre buscaba ropa de la que "me hacía falta" y yo no siempre miraba, y ella se me enfadaba, y yo luego bostezaba, y "ya empiezas" -me decía- con palabras y miradas. Pero yo, en mi escaso interés por casi toda la materia estática e inanimada, no puedo evitar aburrirme sobremanera con la ropa, y todos esos percheros llenos de camisas, pantalones, abrigos, chaquetas, trajes,... en simétricas hileras o en percheros circulares dispuestos más al azar, llenos de confortables colores donde descansar la mirada, dan tanto sueño... ZzZzZzz, uys, perdón, sólo ha sido una cabezadita O:-).

Luego está el tema de la moda: si por mí fuera seguramente me compraría toda la ropa parecida, ignorando cualquier novedosa tendencia y buena parte de las consideraciones estéticas. Suelo decir enseguida que no cuando me proponen que me compre algo más "moderno" o "distinto", y aún más si para ir a la moda hay que estar incómodo, eso no va conmigo :). Aunque, en realidad, mucho de lo que digo que no, es debatible, y supongo que podría usarlo y no me importaría y hasta me quedaría bien B:-), e igual debería prestarle más atención a esos aspectos si quiero atraer alguna mirada femenina... pero claro, irse a esas cosas más nuevas, desconocidas y poco probadas, suele requerir mayor tiempo en indecisiones, valoraciones, comparaciones... uff jeje. De todas formas, para todas las que podáis leer esto y ya estéis pensando que soy un desaliñado y poco arreglado, y que uso calzoncillos abanderado... os diré que pese a lo que digo, en los últimos tiempos presto más atención a estos temas que antes, e incluso hay minutos enteros mientras estoy de compras en que no bostezo y hasta alguna vez me fijo en algo sin que me lo pongan delante, jeje ;). Aunque, bueno, en lo de los calzoncillos habéis acertado... xD, ¡pero todo puede cambiar! :).

Como me aburre la ropa, pues lo que suelo hacer mientras "compro" es ponerme a pensar en otras cosas pendientes. Hoy, por ejemplo, pensaba en ciertas conversaciones de los últimos días, una discusión/ruptura :(, alguien que quiero conocer mejor... :). Vamos, que pensaba, principalmente, en gente, y es que ese sí que es un tema que consigue despertar mi interés con mucha frecuencia, y llama mi atención casi cualquier interacción entre personas, gesto o rostro.

Por eso, al comprar, suele captar con más frecuencia mi atención la gente que me rodea en la tienda que la ropa en sí, y hago un poco de turista de rostros y gestos, pues me interesa casi siempre más la gente que el entorno en que se encuentra y me cautivan hasta los sucesos de lo más trivial y común... Esa dependienta en la primera tienda que escudriña con sus ojos en busca de ropa desdoblada que recolocar, un poco más allá un chico en la caja introduciendo algunos datos en el ordenador mientras habla con otro sobre si se había llevado ya una camisa que le habían guardado días antes. Esa otra dependienta que por centímetros no se choca al acelerar el paso para esquivar a una mujer que anda despistada entre percheros:

-Mamá, ten cuidado, que casi chocas con la dependienta.
-¿Yo?, ella que iba corriendo como una loca...

Es que mi mamá, al contrario que yo, sí que presta más atención al contenido de los percheros que a la gente (y espero que no lea nunca mi blog... xD). Entramos a otra tienda, sólo de ropa femenina, y en ésta, que además no tengo ropa que mirar para mí, me cautiva una de las dependientas tras el mostrador, con un rostro y unos ojos dignos de ser modelo pero algo llorosos, que habla con una clienta sobre fechas de cambios, y al poco estornuda y se suena con un pañuelo, desvelando la causa de sus ojos humedecidos... Nueva tienda, otra vez miramos cosas para mí, y el chico de la primera tienda de la camisa reservada vuelve a estar allí y mira unos pantalones en unos percheros cercanos. En la siguiente tienda, una mujer y su madre pasan junto a nosotros, mientras la mujer le dice: "Mamá, tranquilízate...", visiblemente exasperada, pero la madre no parece que le vaya a hacer mucho caso... y acumula un poco de resentimiento en alguno de sus costosamente ganados 200 kilos que le deben hacer difícil encontrar algo que le sirva entre tanta ropa para delgados...

Luego, dentro del supermercado del centro comercial, y para no extenderme mucho más, sólo resalto dos cosas: la primera, una señora que nos vio ojeando los mismos abrigos que ella iba a llevar a su hijo, que tenía 14 años, y que le venía mejor ese, porque aunque era joven y el abrigo era más de hombre, seguro que como es muy alto no le quedaba mal, y era barato, pues eran sólo 9€ como en el perchero de al lado y los de los otros eran más caros, y además mira como abriga... pues eso, una señora que al vernos mirando lo mismo que ella, nos sintió cercanos y nos dio un poco de conversación, muy animada y con mucha buena intención, y seguro que tras hablarnos se fue más convencida de lo acertado de su decisión :). Y la otra cosa, pues otra vez el chico de la primera tienda, sí, ése que hablaba con el dependiente sobre la camisa reservada días antes... tirando de un palé de mercancía, pues se ve que trabajaba allí, y supongo que me reconoció de los dos anteriores encuentros, y me brindó una sonrisa de esas que no me brindan mucho las chicas... jeje, y que si yo tuviera otros gustos no sé qué podía haber pasado... >:-D. El balance: un cómodo y buen abrigo para atajar el frío cuando vaya a la península, unos pantalones, el maletero del coche lleno de comida y un interesante día de turismo de rostros y gestos...

viernes, enero 09, 2004

Colecciono instantes

Sorteo mentiras y apariencias, sentimientos fingidos, cariño irreal, afecto mal entendido. Rodeo los baches de lo puramente virtual, en que la realidad se aleja, y nada importa, y todo vale, pues es lícito dañar cuando no se siente. Intento evitar la lluvia de las nubes que el odio forma en quienes no siempre espero. Me alejo de los corazones en que el sentimiento es sólo un papel forzado en la hipócrita escena de una novela sobre la apariencia de ser humanos. Huyo de la sensibilidad ermitaña que no percibe más allá de la persona en que vive. Desprecio el dolor del susceptible, que arrolla con lanzas de fuego y llora al sentir una diminuta astilla. Miro extrañado las quejas del ego absurdo que se siente triste y herido por no haber conseguido alcanzar su último anhelo, su última deseada conquista, el último capricho de una mente consentida y regalada con un éxito excesivo del que menos merece cuanto más consigue. Sin embargo, no los odio, y casi nunca me enfadan siquiera, y hasta disfruto muchas veces de su compañía y de algunas de sus cualidades (todos tenemos algunas y algunos defectos), pero sí que hay veces en que me entristecen...

Por eso busco: en las palabras casuales, en las conversaciones, bajo las piedras menos exploradas o a priori menos recomendables, entre el dolor y el llanto, entre la risa, el humor y los besos, entre palabras y versos, entre cuentos e historias, entre diarios y notas, y mensajes sueltos, y comienzos malos y otros mejores, y miradas tristes, o alegres, o dulces, y rubores y sorpresas, y pensamientos y acciones... Busco a la gente mágica, busco corazones, busco sentimientos, busco inteligencia, busco comprensión, busco lo especial que aún existe.

Y comparto momentos e historias, y comparto vida, y sentimientos, y besos y cariño, y abrazos, y compañía, y aficiones, y música, y colecciono instantes...