sábado, enero 27, 2007

Guía para crear chicas dependientes (GCCD) II

(Continuación de Guía para crear chicas dependientes (GCCD) I)

Instrucciones para ella

Si eres una CCD (Candidata a Chica Dependiente) tienes problemas de falta de afecto y pocos amigos, o al menos pocos amigos que te llenen las carencias afectivas. Quizás tengas también problemas de depresión o tristezas periódicas, agobios por tu trabajo, estudios, etc. Si quieres ser una CD (Chica Dependiente), en primer lugar, no tienes que intentar salir de esa situación haciendo amigos, saliendo, conociendo gente. Céntrate en una persona nada más, un chico que parezca tener una gran seguridad y soltura emocional, que parezca exitoso y que te haya hecho un poco de caso, y vuélcate en él, dale todo tu afecto de golpe, apóyate en él. Si tienes suerte será el tipo de chico que es capaz de aceptar la creación de una CD, sin intentar apoyarla y sin preocuparse mucho de tus sentimientos, dándole prioridad a cualquier otro tema mientras decís ser novios. Si se preocupa de tus sentimientos tanto o más que de los suyos, entonces te has equivocado, puede que tengas que empezar de nuevo, y buscar otro chico que te lleve a la verdadera dependencia. Aunque tampoco te precipites, si cuando decides romper le ves indiferente y te dice que tú sabrás, entonces simplemente había conseguido engañarte en la parte de sus sentimientos hacia ti, que es un buen signo de su valía, deberías volver suplicándole y así estarás un poco más cerca de la dependencia.

Si has llegado hasta aquí, ya tienes el chico adecuado, ahora tienes que empezar a pensar constantemente en él, en que es el único que te quiere, que es el único que ve cosas bonitas en ti y el único que te puede hacer feliz, que morirías sin él. No te mires al espejo ni preguntes más opiniones, piensa que toda el resto del mundo tiene mal concepto de ti, y creéle cualquier piropo que te haga, justificando cualquier cosa mala que pueda venir entre piropos. Al fin y al cabo, como tú vales muy poco, lo raro es que no te critique más, ya es bastante increíble que te quiera con lo poca cosa que eres, debes conservarlo a toda costa. Y admíralo, sobre todo admíralo, porque es mayor que tú y más experto, porque tiene una carrera, porque gana 1200€ al mes, todas son pruebas de que es alguien fantástico e impresionante. Debes darte cuenta de que él siempre tiene la razón, que tú no sabes nada, y si no estáis de acuerdo en algo, la opinión o decisión que cuenta es la suya.

Cuando no te haga caso o prefiera otras cosas a estar contigo, dedícate a jugar al buscaminas o a soñar en tu futuro con él, cualquier cosa que puedas hacer a solas, que te permita añorarlo y estar dispuesta a darle aún más la próxima vez que lo veas, para ver si puedes tenerlo un ratito más. Porque cuando no te hace caso es, o al menos debes pensar que es, porque no estás siendo lo bastante buena con él. Evita leer sobre problemas de chicas con inseguridad y falta de afecto y dependencia emocional, tu caso es distinto, porque él te quiere, no dudes sobre eso, o podrías dejarle o dejarte él por las dudas. Si de todas formas, intenta dejarte, sabes que es porque te lo mereces, prométele que serás mejor, que harás todo lo que quiera, que está bien si quiere follar sin condón o cualquier otra cosa, que él es tu vida y lo darás todo por él, todo con tal de mantener una relación por la que tanto has luchado. Cuando hayas hecho todo esto, puedes estar segura de que ya eres una CD en toda regla, o igual sin la regla, porque te hayas quedado embarazada, pero bueno, si pasa eso y te deja, lo menos que puedes hacer es seguir soltera el resto de tu vida y cuidar al retoño para honrar la memoria de ese gran hombre. Si no te deja, para seguir siendo una CD básicamente tienes que seguir con él los momentos que te dé, dándole todo lo que te pida, y añorándolo el resto del tiempo, sin hacer muchas amistades ni actividades nuevas que puedan abrirte las perspectivas a otro tipo de relaciones, porque entonces corres el riesgo de verlas como mejores, con el peligro de dejar tu relación de CD por ellas.

Con suerte, al cabo de unos años, él se habrá acostumbrado a lo que le aportas y a la comodidad de ser un hombre idolatrado, con el que nunca discutes y lo tratas como a un rey. Entonces ya puede que él se sienta mayor, empiece a acostumbrarse a ti, o a quererte de verdad un poquito, y a saber que le será difícil conseguir otra mujer igual de sumisa y complaciente, y te proponga que os caséis. Podrás culminar así la transición de CD a pareja machista clásica, cuidando de tu marido hasta que se muera o hasta que tenga suerte y te pueda dejar por una jovencita. Y ese, desde el punto de vista de esta guía, será siempre mejor salida que pasar a ser una chica independiente, que lucha por lo que quiere, y para la que el amor es un complemento de lo demás, y no el centro de todo, sino algo recíproco, en que lo que aporta cada miembro a la pareja no está desequilibrado. FIN.

Pero claro, esta guía es un despropósito en sí misma, con lo que lo que en realidad querría quien la escribe es que, a la vista de eso y de toda la información que puedes hallar en las referencias, no dejes que tu vida se arruine hasta ese punto, sino que descubras cuánto vales realmente, quién eres y qué quieres, y que no te lo dicte un aprovechado apoyo emocional. ¡Ánimo!.

Referencias

Termino con unas cuantas referencias acompañadas de una cita obtenida del texto de cada una de ellas.

Guía para crear chicas dependientes (GCCD) I

Introducción

El tema de las chicas con una dependencia emocional muy fuerte de una pareja que las maltrata (en cualquier sentido) o las anula como persona siempre me ha intrigado y llamado la atención, especialmente en cuanto a cómo llegan a producirse y por qué no terminan cayendo por su propio peso, o por qué tardan tanto en hacerlo. Es fascinante lo que puede encajar una chica una vez que ha llegado a ese estado de dependencia, aduciendo un amor inmenso, o que morirían si pierden al cabrón de turno, y defendiéndolo contra viento y marea, en virtud de la idealización que han hecho de él.

Últimamente he tenido conocimiento de varios casos que parecen cuadrar dentro de este perfil genérico y he estado pensando e investigando más sobre el mismo, y lo que sigue es una especie de reflexión sarcástica, cruda y dura, en forma de instrucciones para producir este tipo de relaciones. Por una parte no había querido escribirlo por si ayudaba a algún chico con intenciones de dominar a un chica, pero por otro lado, quizás sean las chicas quienes lleguen aquí, lo lean, y sepan identificar parecidos con sus casos, o encuentren alguna ayuda en las referencias que pondré al final, para darse cuenta de la situación, hacer lo contrario a lo propuesto, y ganarse su independencia, y tras ella, con un poco de suerte y el tiempo suficiente, la felicidad y un chico que os dé amor de verdad.

Instrucciones para él

Si has llegado hasta aquí a través de algún buscador es que ya, por envidia de algún amigo, por reto, o por llegar a poseer una mujer totalmente, que te aguante todo, deseas conocer algún modo para tener tu propia chica dependiente. ¡Enhorabuena!, uno de los requisitos imprescindibles para lograrlo es simplemente querer hacerlo, sin tener escrúpulos con el daño que puedes causar a la chica escogida.

Pero antes de seguir, piénsalo bien: ¿realmente eres el chico capaz de tener tu propia chica dependiente? Es muy importante que te respondas sinceramente a la siguientes preguntas: ¿eres una persona con un ego y seguridad muy altos?, ¿tienes lo suficientemente a raya tu empatía para poder ignorar los sentimientos de la chica?, ¿estás seguro de que lo que te interesa es recibir atención y cariño y que los impulsos por dar cualquiera de esas cosas puedes controlarlos razonablemente bien? Si la respuesta a las tres cuestiones anteriores no es un sí, sería mejor que desistas, sin ego y extrema seguridad, la CCD (Candidata a Chica Dependiente) no verá en ti el modelo de persona a idealizar, el antítesis de sus miedos e inseguridades en el que quiere refugiarse. Si tienes empatía también fracasarías, llegaría un punto en el que pensarías en sus sentimientos, y o bien te alejarías de ella, sin terminar se conseguir la dependencia, o le darías amor verdadero y la ayudarías con sus problemas, con lo que no sólo no sería tu propia CD (Chica Dependiente), sino que podría quedar imposibilitada de ser convertida en el futuro, ¡podrías hacer un daño irreversible!. Y, por último, si no eres capaz de centrarte en tus apetitos y necesidades de cariño, sexo, y afecto, y ofreces demasiado de esas cosas a la CCD, su necesidad de ganarte o luchar por ti será menor, porque sentirá que estás más cerca, e impedirás que pase de una dependencia ligerilla, tendrás sólo un triunfo a medias, que al efecto de esta guía equivale a un fracaso.

Si has llegado hasta aquí salvando sin problemas el filtro anterior, ya está claro que cumples los requisitos, eres el lector adecuado para esta guía. Lo primero que debes hacer ahora es elegir bien la chica, porque no vale una cualquiera, la mayoría de mujeres no pueden ser convertidas en CD, no vale la pena intentarlo, sólo las CCD son capaces de dar tanto de sí mismas a cambio de prácticamente nada. ¿Cómo encontrar entonces a tu CCD? Pues bien, tienes que fijarte en las chicas más solitarias, que hablen poco, que estén tristes, que no tengan a ser posible casi ningún amigo, las infancias duras o difíciles, con padres que les daban poco afecto, son un plus, al igual que si eran el patito feo entre las niñas, con los chicos burlándose de ellas. Cuanto más baja sea su autoestima y autoconcepto, mejor. A ser posible deberían ser chicas al terminar la adolescencia (mayores de edad mejor, que es por lo único que te pueden condenar), o que estén en una depresión, pues si la madurez les empieza a dar el atractivo y la atención y cariño de la gente que les ha faltado, puede ser ya tarde para hacerlas dependientes. Seguramente preferirías tener una modelo, o una chica exitosa como tu CD, pero eso no es viable, tienes que buscar chicas apagadas, con vida mayormente interior (o virtual, ahora con el auge de Internet), y bueno, si tienes donde elegir, pues aunque la pilles joven siempre podrás intuir a priori su potencial, hay CCD que son muy inteligentes, que de patito feo se pueden convertir en cisnes, y que pueden vencer su introversión para pasar a ser una gran compañía social. Si quieres escoge una con todas esas potencialidades, pero claro, ten en cuenta que estas cualidades, si llegan a desarrollarse, son todos factores de riesgo para que se libere de la dependencia, así que si escoges una chica así, has de ser rápido, y muy hábil, para que te tenga totalmente idealizado antes de que eso pase.

¿Ya has escogido a una CCD? Bien, una vez hecho esto, lo demás debería ser fácil para ti, pues ya descubrimos antes que tienes las aptitudes, casi todo lo harás de forma natural, y sólo necesitas una pequeña guía adicional. Primero, los momentos iniciales requieren que te acerques tú a la CCD, que la consueles, o la apoyes en algo, que vea tu seguridad y tu fortaleza emocional (ellas nunca notarán que es indiferencia, no te preocupes por eso) y empiece a idolatrarte, y a verte como el modo de llenar su vacío afectivo, y el único chico que la valora. Pero no te pases, al poco que notes que ya has captado su interés deja que sea ella la que te busque, la que busque tu cariño, y tú vete tomando lo que quieras, bésala cuando te apetezca, toquetéala si te apetece roce femenino, apóyala lo imprescindible, hazle ver que tú eres el único que ve cosas buenas en ella alguna vez, y poco más, que te vea como su única alternativa a la felicidad. Eso sí, si aparte de ella te interesan otras, o le vas a dar prioridad a los amigos, a los estudios o al trabajo, o incluso si te vas a casar, o similar, díselo también desde el principio (pero cuando esté enganchadilla ya), para que lo tenga presente, que tú "la quieres" pero que lo otro no lo piensas cambiar, que ella lo tomará como un reto para conquistarte, porque al fin y al cabo eres su hombre ideal y ve normal tener que luchar por ti. Si acaso te protesta por alguna de esas cosas, déjale claro que no van a cambiar, y que si no es capaz de aceptarte como eres, que aunque tú la amas y para ti ella es maravillosa, que si no lo acepta, que es mejor que te deje. Seguramente dudará si hacerlo, pero si lo has hecho bien, entonces no sólo te suplicará seguir juntos, sino que dejará de criticarte casi ninguna cosa despreciativa que puedas hacerle. Entonces, y sólo entonces, podrás decir que tienes una auténtica chica dependiente propia.

Llegado a este punto podrás tomar todo lo que quieras de ella, dándole casi nada, y con ella como mayor defensora de todo lo que hagas, que nada será muy malo, y todo se justificará porque "la quieres" y ella no puede vivir sin ti. Mantener ese estado es fácil, basta con que te guste un poco estar con ella (una vez a la semana o incluso al mes puede bastar), con que le mientas un poco sobre lo que sientes por ella mientras te la follas y te dejas adorar, y que no se relacione demasiado con otra gente (que tampoco lo va a intentar mucho ella, porque al fin y al cabo tú eres su mundo), y puedes prolongar ese estado durante años. Bueno, eso si quieres, si te cansas de esa CD pues simplemente déjala tirada por otra o porque finalmente llega tu boda con otra que tenías a la vez. Además así la dejarás preparada para volver a ser la CD de otro que sepa aprovechar el momento. Si por un casual extraño al final te cansas de otras mujeres, o ella evoluciona y se vuelve más interesante que una simple CD y quieres que sea tu esposa o madre de tus hijos, lo tienes también muy fácil, tu historial de "maltrato" la ha enseñado a luchar por ti a costa de todo, a no querer rendirse después de tanto que habéis vivido, y un mínimo de empatía que empieces a mostrarle será para ella la prueba de que por fin todo es mágico y perfecto, y te dará la mujer sumisa que todo machista querría tener, que si tienes ya una edad igual te interesa más que simplemente una CD. Si es así, procura hacerlo antes de que ella evolucione como persona y empiece a tener confianza en sí misma, que, si se llega a ese punto, puede ser ella la que te deje y no puedas retenerla ni suplicándole, pero si prestas atención seguro que serás capaz de darte cuenta de esos momentos de cambio y evitar que se te escape.

(Y hasta aquí la primera parte de esta "teoría". Faltan las instrucciones para ella y algunas referencias sobre el tema, que espero poner en un próximo post.)

sábado, enero 20, 2007

Escribir con melancolía II

(Continuación de Escribir con melancolía I)

Hay muchas formas de escribir, los libros muy largos o elaborados pueden requerir al escritor tener fichas de los personajes, esquemas del guión, algún tipo de chequeo de consistencia o inventario de "qué queda" en cada parte de la línea temporal de la historia (para que no reaparezca un muerto a las 100 páginas de morir, por ejemplo, lo cual ha pasado más de una vez, y también en películas, aunque no recuerdo ahora ninguna referencia concreta). Pero yo creo que los relatos más emotivos surgen muchas veces a borbotones, y tienen que ser escritos en el momento en que la emoción aún está presente o muy cercana, pues al cesar o disminuir su efecto e influencia, puede que dejemos de ser capaces de escribirlos. Quizás la calma posterior, u otra situación emocional diferente, pueda ser más apropiada para retocar lo escrito, pero en ese momento crucial en que todo está presente, tiene que salir, al menos, un primer boceto, para impregnarse de la fuerza interior que nos afecta, y permitir que se transmita, que quede plasmada en nuestras palabras.

Decía uno de los mejores poemas de Neruda:


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
...


Se intuye que al escribir esto Neruda no estaba en un momento feliz, que la tristeza le empujaba, como a mí anoche, a mirar "al vacío", y quizás el vacío que miraba era el cielo, con sus estrellas de intensidad variable y el aire girando y creando sonidos, que su tristeza convertía en astros que tiritan y un viento cantor. Y seguro que recordaba ese amor, que tanto quiso, y que a veces también le correspondió, pero no ahora, que la ha perdido, y debe olvidarla. Pero, antes de olvidarla, Neruda escribe este poema, en un último momento de dolor (o eso es lo que esperaba en los últimos versos), y es por ese mismo dolor que puede escribir el poema, si no existiera ese dolor, quizás no podría, quizás la emoción que transporta no estaría, no habría sabido reflejarla, pero tuvo la melancolía y la fuerza necesarias para poder escribir los versos más tristes esa noche... como confiesa en el comienzo del poema.

No creo que en ese momento Neruda hubiera podido (o querido) escribir un poema que hablara de reconciliación, de recuperación de esa relación, el personaje del poema (él mismo) estaba destinado ese día a acabar con una triste aceptación de la ruptura, con un último dolor...

Ayer vi, por ejemplo, una pareja en otro banco, él la rodeaba con su brazo, mirando hacia ella, susurrándole algo, quizás un te quiero, no sé. Ella en cambio tenía sus manos sobre las piernas, la cabeza girada mirando en sentido opuesto a él. Si hubiera tenido que escribir de ello anoche, con melancolía, sólo habría podido decir que él la quería, y no podía evitar hablarle de su amor, pero para ella él sólo era un amigo, y aunque no le reprendía para no hacerle daño, giraba su cabeza para no verlo y dejar simplemente que pasara el chaparrón, mientras él sufría el dolor de ese signo de desamor, y, momentos después, seguramente la mano del chico caería dejando el brazo de la chica, y con ella caería también, por un tiempo al menos, su moral. Si, en cambio, mi estado mental fuera optimista y feliz, y pudiera escribir cosas bonitas y románticas, quizás hubiera escrito que ella se había girado simplemente para mirar la luna, y que, instantes después, la lluvia empezaría a caer débilmente, mojando a ambos, ella volvería a girarse para mirarle, y él, acariciando su pelo, impregnado en gotas de lluvia, acercaría su rostro al de ella, y, con las miradas entrelazadas daría comienzo un lento y largo beso terminado en un te amo correspondido. Aunque a veces, paradójicamente, también se pueden escribir estas cosas aparentemente felices alimentados por la melancolía, cosas bonitas que no se pueden tener, o que ya se han perdido, y que sirven de alimento al sentimiento triste que subyace en el alma que mueve la pluma, un pequeño dolor más que la melancolía se autoinflige para sobrevivir.

Escribir con melancolía I

Me decía un amigo en un mail de hace ya tiempo, quizás por el post de Un poco melancólico o quizás a raíz de otro nacido de un sentimiento similar, que ese tipo de escritos eran casi siempre los que más le gustaban.

Yo creo que muchos de esos escritos no llegan a plasmarse en un papel, porque es precario el equilibrio entre la cantidad de melancolía y la posibilidad de escribir con ella. Suele ser más fácil escribir cuando se trata de una melancolía serena, como la del post enlazado, pero quizás, si es muy serena, tampoco hay mucho que decir de ella, o tampoco cambia mucho el proceso de escribir con su influencia. Sin embargo, si la melancolía es muy profunda, y brotan de ella emociones desgarradoras o visiones crudas de la realidad, sueles no poder escribirlo o lo escribes sólo mentalmente, dejándote llevar por la belleza triste de una idea mientras miras al vacío, o yaces tumbado en la cama boca arriba, y lo que creas es sólo para ti, sólo para ese momento en que lo creado se entrelaza con lamentos, visiones de futuro o esperanzas de cambio. Así creas a veces detalladas descripciones e historias preciosas que sabes que se terminarán perdiendo, porque acabarás durmiéndote y olvidándolas, o no querrás que vean la luz más allá de tu imaginación y del efecto terapéutico momentáneo que tiene expresártelo aunque sólo sea a ti mismo.

Anoche estuve viendo la película "Más extraño que la ficción", que, si no la habéis visto y no queréis que os la estropee un poco, haréis mejor en saltaros las frases entre corchetes que siguen. [La película desarrolla la curiosa idea de que un personaje de un libro empieza a escuchar la voz de la narradora, que cuenta lo que piensa y lo que hace. Pero no sólo eso, sino que ambos, personaje y narradora/escritora, existen, están vivos, en el mismo momento, y lo que él hace en la vida real, ella lo escribe, y lo que ella escribe, él lo hace o a él le sucede. La escritora busca un final para su libro, un final en el que el personaje debe morir, pero cuando al fin se le ocurre la muerte idónea, que haría de su libro una obra de arte, él consigue encontrarla, demostrarle que es su personaje, y se enfrentan juntos al dilema de si se debe escribir dicho final, a costa de su muerte real, o no]. Eso me hizo pensar, que si un personaje está vivo, o aunque no lo esté, su futuro depende mucho de lo que quiera escribir su creador, y esto se ve afectado por el estado en que se encuentre, que, por ejemplo, puede ser de melancolía.

Por otro lado, al volver del cine, aún con la mochila del trabajo a la espalda, me senté en un banco cerca de la estación de trenes a pensar en ese tipo de pensamientos que te sugiere la melancolía, cerrando los ojos a ratos, o también jugueteando con el móvil hasta que en un momento dado los abrí, vi de refilón que se acercaba alguien, y salí corriendo como empujado por un resorte al percatarme en rápidos flashes de su trayectoria directa hacia a mí, con una mano extendida y la otra dirigiéndose al bolsillo de su chaqueta para coger algo que dudo inofensivo, los movimientos torpes y lentos y la mirada dura y semiperdida de las malas intenciones alimentadas por la falta de represión de un exceso de droga o alcohol, apenas a metro y medio ya de mí. Por suerte, en su estado no les dió tiempo a reaccionar ante mi movimiento de gato acorralado, y mucho menos debían tener el equilibrio necesario para correr detrás de mí... Fue, en cualquier caso, un buen susto, adecuado para salir un poco de la melancolía con el empujón de la adrenalina, y aunque anoche ya era muy tarde para escribir algo más que un par de notas para el recuerdo, quizás eso es lo que me permite empezar a transcribir esas ideas ahora, pero, dado lo largas que se han hecho, continuaré en otro post posterior.

jueves, enero 11, 2007

Eterno borrador

Introducción
Esto de los blogs o bitácoras presenta ciertas particularidades o posibilidades que quizás no habían estado presentes (o no tanto) en el proceso de escribir antes de su aparición. Con un blog, cualquiera puede ser escritor, cualquiera puede ser su propio editor, y decidir inmediatamente qué se publica y qué no. Puedes empezar a escribir y luego arrepentirte y borrarlo, puedes borrar algo escrito hace tiempo, y hacer desaparecer así un capítulo del "libro" que es un blog, cambiando en cierto modo la historia, puedes hacer... tantas cosas. Pero en lo que quiero centrarme ahora es en que también puedes empezar un post, guardarlo como borrador y terminarlo y publicarlo luego. O puede que lo termines y aún así nunca lo dejes salir de su condición de borrador, porque fuiste el escritor pero también eres el editor que decide su futuro. Entonces puede quedarse ahí para siempre, semiolvidado, desconocido para todos los demás, en su dura condición... de eterno borrador.

Post
De nuevo se abre ante mí la página en blanco, pero nunca la abro si no tengo nada que decir, pues no tengo la presión de escribir para nadie o para vivir. Hoy la abro con urgencia, porque una idea llena mi mente pidiendo salir, urgiendo salir, porque se perdería si no sale ya, porque no sería tan pura si no sale ya, porque debe ser escrita cuando la emoción que subyace a ella está más viva, cuando las palabras salen solas donde más tarde seguramente no sabría qué poner. Hoy no pienso en qué escribir, hoy simplemente miro hacia mi interior, y dejo que mis manos escriban las palabras que de allí nacen, las palabras enérgicas, las palabras poderosas que emergen impregnadas del poder de una emoción.

No busco darle un ritmo a lo que escribo, no sé cuál es el ritmo todavía, simplemente sé que está ahí, que se va configurando solo, que los párrafos se suceden con un destino claro que poco a poco empiezo a ver, que intuyo cuál va a ser, pero no puedo detenerme a pensar en eso, no hay tiempo, sólo importa el presente de la línea actual, y escribir así es como interpretar una canción, no pueden hacerse pausas de más, no puedes detenerte a afinar la guitarra porque es tiempo de concierto y el público no ha venido a verte ensayar.

Es como un momento de éxtasis, párrafo tras párrafo, hasta que lo que quería decirse ha sido dicho y tu cuerpo descansa al fin. Entonces, guardas como borrador, respiras hondo, empiezas a releer, corriges pequeñas cosas aquí y allá, pules las asperezas, corriges los errores, hasta que todo está como quieres que esté y te sientes orgulloso o emocionado y, a veces, según sea lo que hayas escrito, también triste. Pero sabes que no puedes publicarlo, sabes que lo que has escrito por un motivo u otro no puede ser visto en público, o no puede ser visto todavía, y vuelves a guardarlo como borrador, pensando que quizás nunca saldrá de allí, si habrá nacido para ser... otro eterno borrador.

Hoy he escrito uno de esos posts.

Derrota por amor

Introducción
Muchos sabemos que cuando te enamoras "la razón se nubla", las piernas flaquean, los nervios se disparan y surge así un enemigo interior que nos puede hacer perderlo todo sin presentar una digna batalla. Sobre esa idea, aplicándola sobre mí, escribo este post.

Post
Las primeras veces que te vi, las primeras palabras, los primeros besos en la mejilla, algunos abrazos, con la naturalidad y la frescura de esa emoción de conocer a alguien que parece que te va a caer muy bien y te llena de optimismo ante las posibilidades.

Las primeras charlas en grupo, las primeras charlas largas, a solas, el chateo, los mails, las ideas compartidas o sugeridas, las ideas en común, las intercambiadas, las debatidas, los vínculos que se van formando poco a poco, el interés creciente, las ganas de compartir cosas, de charlar, de vernos.

¡Qué fáciles y qué bonitas son todas esas cosas!, cuando no hay presiones, no hay miedos, no hay agobios ni sentimientos muy potentes, y todo fluye como si estuviera destinado a salir bien.

Pero luego, el corazón a veces empieza a sentir cosas, empiezan mis ojos a fijarse en tu belleza, en tu sonrisa, en tus labios, en todas las cosas que me gustan de tu caracter, y, poco a poco, esas pequeñas cosas unidas van encontrando su camino hasta mi corazón, y empiezo a saber que te quiero. Pero es un algo impreciso, débil al principio, y el trato sigue siendo más o menos igual, incluso mejor, porque, con el cariño que sigue creciendo, cada momento juntos es un poquito más especial.

Y así pasa el tiempo como si todo fuera igual a partir de ahí, la misma fluidez y naturalidad que al principio. Hasta que, de pronto, en un momento aparentemente sin importancia, un pequeño detalle que ante los ojos de nadie tiene significado, o algún comentario tuyo sobre que te gusta un chico, o sobre que vas a irte lejos, dispara el miedo por perderte, el estómago da dos vueltas de campana, la respiración se acelera, el pulso se dispara, mil pensamientos sobre ti arrasan con cualquier otro pensamiento, y me doy cuenta, así, de bruces, sin estar del todo preparado, de que el quererte un poco se convirtió a escondidas en amor, y ahora he descubierto que estaba ahí, GIGANTE, cuando el pequeño detalle me hizo descubrir todo su peso.

Y ese momento de amor puede ser inoportuno, muy pronto, a destiempo, cuando aún no sería adecuado decirte nada, cuando no es posible que venga un sí. Y es entonces, cuando la batalla está perdida, cuando me convierto en un peón en el campo de batalla de tu vida, y mis pasos son pequeños, mis respuestas lentas, mis reacciones inapropiadas, y cualquier jinete menos herido puede guiar su caballo hacia mí, levantar la lanza, clavarla sin barreras en mi cuerpo, y dejar en la tumba de esperanzas un epitafio de derrota por amor.

lunes, enero 01, 2007

Corazón romántico

Introducción
Hace mucho tiempo que no escribo por aquí nada de índole poético-literario, como sí hacía en los comienzos del blog, y de hecho hubo un tiempo en que pretendía que el blog sólo tuviera ese tipo de escritos, pero al final ha evolucionado por su cuenta, sin respetar ese precepto. Y como no parece el cambio de año un mal momento para retomar esa línea, sirva este post como primer intento de lograrlo:

Post
Sufre el corazón romántico la presión de las emociones salvajes, de las palabras de amor no expresadas, la ansiedad del sentimiento que buye en su interior y lo desborda. Pero, si la razón le prohíbe expresarlo, tiene que estirarse deprisa cuando algo escapa, y recuperar todo lo que desborda una y otra vez, impidiéndole partir y ser conocido, en ese precario equilibrio que pueden alcanzar a veces la fuerza del corazón y la camisa de fuerza de la prudencia o precaución que la razón le impone.

Pero los equilibrios precarios son frágiles, y cuando la musa, o la llama que enciende estas emociones y pasiones desbocadas, se cruza en el camino del corazón romántico, las emociones crecen y se agigantan, y el esfuerzo por impedir que escapen y se expresen cuando no deben es cada vez mayor, y sólo un nuevo periodo de distanciamiento lo alivia un poco, siendo las idas y venidas de la musa la prueba de fuego de la resistencia del corsé que lo aprisiona, un tira y afloja entre que la camisa de fuerza resista o se destruya. Porque el corazón ansía gritar, ansía hinchar su pecho y expresar cada pequeño matiz de las emociones que alberga, y que esa censora razón, a la que no entiende, a la que no puede nunca entender, le obliga a retener.

Y la razón que es custodia o captora de ese corazón emocionado, tiene a veces mil excusas para retenerlo, que la cosa no tiene futuro, que esa chica no está sola, que la distancia no ayuda o que en los tiempos modernos queda tonto y no se lleva dar más peso al sentimiento que a la práctica y sencilla vía de la conveniencia.

Pero hay veces que la razón, ya no se siente capaz de acallar al corazón, ya las trabas y barreras dejan de pesar tanto, o se hace más bella la musa, o su presencia más frecuente, y dispara las emociones del corazón, rompiendo el equilibrio que permitía a la mente mantenerlo a raya. O también ocurre a veces que simplemente no hay tantas trabas, o que la razón se rinde a la belleza y elegencia de las ideas del corazón, y no puede negarle el uso del lenguaje para intentar reflejar con palabras a su musa la maravilla de las percepciones y emociones que le provocan. Entonces, la camisa de fuerza se rompe, el corazón romántico se desboca, libre al fin de su yugo, y corre raudo hacia su amada, para contárselo todo, ignorando cualquier traba, ignorando los problemas, porque vale más la pena arriesgarse que pasar la vida soñando y perderlo todo. Espero que, si esto ocurre, merezca ese corazón el perdón a su osadía, o con un poco de suerte quizás merezca... ser correspondido.