Visita nocturna a la Alhambra

Después de unos cuántos meses intentándolo sin éxito, por fin conseguimos algunos compañeros de la universidad pillar invitaciones para la visita nocturna a la Alhambra de este sábado del programa Enrédate de Graná Joven. Las veces anteriores, una por fallo de la web, que nos impidió hacer las inscripciones desde ella, y otra por no ser lo bastante rápidos en inscribirnos, no pudimos conseguirlas, pero esta vez por suerte sí. En principio éramos un grupo de unos 8 compañeros copando otras tantas plazas de las 25 que hay en total vía web, pero finalmente sólo ibamos a ir 4. De los otros 4 que no fueron, dos se dieron de baja por la web y aprovecharon dos amigas mías para inscribirse al permitir de nuevo la web el alta en ella de estas 2 plazas. No obstante, se ve que este proceso, aunque la web lo permita, no lo habían tenido en cuenta los organizadores, y mis amigas no salían en la lista que llevaron, y sólo después de dialogar bastante con ellas y gracias a que llevaban la invitación impresa conseguimos que las tuvieran en cuenta :-S. De los otros 4, uno llegó 15 minutos tarde al punto de encuentro y lo dejaron en principio fuera en favor de reservas, aunque finalmente subió a la Alhambra igual, y pudo entrar en el lugar de algún desaparecido entre el punto de encuentro y la Alhambra.

Albaicín desde la Alhambra

Bueno, después de todos estos percances previos a la visita en sí, entramos ya los 6 en la Alhambra, guiados de una chica de nombre Rocío (que fue la misma que se mostró más razonable en el tema de las invitaciones de mis amigas), y que nos explicó todo bastante bien. Si tuviera que elegir entre ver la Alhambra de día y de noche, elegiría, sin duda, de día, porque de noche se pueden ver menos cosas, y en la hora y media que abre casi que te obligan a correr para no quedarte a mitad de verla. No obstante, también fue bonito poder verla de noche, momento en que se puede ver, por ejemplo, que hay murciélagos anidando entre las paredes de la Alhambra, algo que en verdad no me esperaba, era impresionante ver cómo se colaban por pequeños resquicios en la yesería. Aunque llevé la cámara, hice más bien pocas fotos del interior de los palacios nazaríes, y sólo quedaron bien las de las zonas más iluminadas, pero al salir fuera de nuevo, saqué el minitrípode, que por una vez llevaba conmigo, y tomé fotos con alto tiempo de exposición desde la Alhambra hacia el Albaicín, de las que es un ejemplo la foto que podéis ver a la izquierda de estas letras.

La noche terminó con una ronda de tapas, y un pequeño rato en un pub, pero bastante temprano y luego ya regresé a casa sin contratiempos, aunque no sé si fue el caso de tod@s mis acompañantes... jeje ;).