viernes, noviembre 14, 2003

Estrés romántico

No sé lo que pasa últimamente que parece que en todos lados oigo gente que habla sobre el amor, el cariño, los sentimientos y el romanticismo. Y a mí es que esas cosa me pueden, y muchas veces entro en lo que he decidido llamar "estrés romántico". El estrés romántico se caracteriza porque me vienen escenas románticas a la mente a todas horas (en lugar de sólo con frecuencia como es lo habitual) y cada cosa que oigo hablando del amor o de otros sentimientos hermosos hacia los demás me conduce aún más a esos pensamientos, que suelo encarnar en alguna amiga, una puntual musa concreta, o la siempre socorrida musa indefinida que representa una futura persona amada. Entre los síntomas que me provoca se encuentran también algunos comunes a otros tipos de estrés como la sensación de tensión o sequedad de boca, unidos a otros menos genéricos, como un hormigueo interno que me impulsa a improvisar versos con una velocidad e inspiración mayor de la normal. El problema principal quizás sea la acumulación de un romanticismo latente que no encuentra vía de escape, con lo que llegado un punto pugna por salir de alguna forma, y esa forma habitualmente acaba siendo en mis conversaciones en Internet con aquellas amigas con las que tengo más confianza y que sé que no se van a tomar a mal lo que escriba, ni van a malinterpretarme :). Diréis, quizás, que una forma más segura de que no haya malinterpretaciones, es improvisar esos versos que me surgen en un papel o archivo de texto ajeno a otras miradas distintas de la mía, pero lo cierto, es que el estrés romántico parece tener un cierto afán de ser escuchado y comprendido, y es por ello que no encuentra consuelo si su expresión es totalmente secreta. Además, lo romántico, como podéis ver si buscais la definición en el diccionario de la Real Academia, abarca bastante más que sólo el amor, con lo cual, mientras los versos no se personifiquen en esas amigas, o si lo hacen, no sea cuando hablan de sentimientos de amor, creo que no debería haber ningún malentendido debido a ellos, además de que, en caso de duda de si son adecuados o no, pues se dejan de escribir a esa persona y ya está. Ya parece que me estoy defendiendo de algo con esto último... lo cual, por otro lado, no es tan raro, pues aunque no acierto aún a comprenderlo del todo, sí que parece muchas veces necesario justificar ser romántico o escribir poesía, y existen algunos problemas y peligros asociados a ello, pero eso lo dejo para otra ocasión, ya que ahora simplemente quiero terminar con 2 ejemplos de mis mencionadas improvisaciones:

"Me muestras tu sonrisa,
resplandeces, me cautivas,
te ignoro, me hago el sueco,
me voy, te dejo, te olvido,
sin pensarlo, luego, vuelvo,
y te miro, y tú me miras,
y en mí también ves sonrisa,
y me acerco, y tú te arrimas,
despierto, luego, del sueño."

"Sentados, en ese asiento,
de la parada de trenes,
ese mismo, que frecuento,
y al que tú también vienes,
siempre juntos, no hablamos,
mas hoy sin que te lo esperes
mi mano roza tu mano..."

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